La caja vacía de Anabel Samani

Título original: La caja vacía (2018)
Autor: Anabel Samani
Saga: -
Género: Terror
Editorial: Autopublicado
Traductor: -
Edición: Noviembre de 2018
Nº páginas: 292 páginas
Mi puntuación: ★★★★★

La vida de Andrea ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Después de perder la vista en un accidente, su familia deja España para irse a vivir a Estados Unidos. Y Andrea sabe que ella es la razón de ese traslado.

En medio de una mudanza empañada por la nostalgia de todo lo que han abandonado, lo más emocionante para Andrea y su hermana Sara es el extraño y sangriento crimen que tuvo lugar en su nuevo hogar de Maine, una casa habitada por un gélido aire e impregnada de un inquietante aroma que solo Andrea es capaz de percibir.

Mientras intentan adaptarse a su nueva vida, gracias en parte a la amistad que entablan con Sam y Paul, los vecinos que viven al otro lado de la calle, Andrea y Sara se convertirán en el epicentro de una serie de macabros accidentes. Y pronto descubrirán que los antiguos propietarios dejaron en la casa algo más que el recuerdo de un siniestro suceso: en el desván, dentro de un embalaje procedente de Egipto, hay una pequeña y hermosa caja… vacía. 

Con su primera novela, Anabel Samani, evoca el perfume de las clásicas historias de terror y misterio.

Ya os comenté que este libro me hacía muchísima ilusión. Atalanta (ahora Anabel Samani, que no veáis lo que me va a costar acostumbrarme a llamarla así) de Un libro junto al fuego es una de las blogger que sigo desde hace tiempo y sus retos de 5 líneas siempre me dejan con ganas de más, de ahí que me diera una tremenda alegría al decir que se había lanzado por fin con su primera novela. 

Andrea y Sara llegan finalmente a lo que será su nuevo hogar, una casa en el estado de Maine que a sus padres les ha salido tirada de precio por las supersticiones que tienen los americanos en torno a las casas donde ha habido un asesinato. 

La vida de los Montoya no ha sido fácil en los últimos tiempo, desde ese 4 de noviembre en el que Sara y Andrea cogieron las bicis sin el casco y, por un accidente tonto, Andrea perdió totalmente la visión. Daniel Montoya acepta cambiar de trabajo, país y continente, arrastrando a toda su familia tras él, para poder procurarle el mejor tratamiento a su hija pequeña, a pesar de que ella es la que mejor lleva su propia ceguera.

Voy a empezar diciendo que La caja vacía ha sido toda una sorpresa. Me hacía mucha ilusión leerlo sí, pero también tenía algo de miedo a que no fuera lo que yo esperaba por lo que preferí dejar pasar unos días para calmar la euforia inicial, antes de iniciar la lectura. En el primer capítulo ya aparecerá la misteriosa caja y nos haremos una idea bastante clara de a qué nos enfrentamos, pero es con la llegada de los Montoya a la casa cuando la autora consigue captar nuestro interés por completo gracias en gran parte al personaje de Andrea.

No lo voy a negar, Andrea ha sido mi favorita de principio a fin. Considero que no es nada fácil incorporar en una novela un personaje con alguna discapacidad, sobre todo cuando es algo que desconocemos por completo, pues sin un trabajo de investigación un poco acurado es muy fácil que haya cosas que chirríen. Anabel ha conseguido meterme por completo en la piel de Andrea, empezando por esos primeros días en los que vemos a la adolescente enfrentarse con entereza a una casa que desconoce por completo y a la que va a tener que acostumbrarse rápido si quiere evitar darse golpes o estar rompiendo cosas constantemente. También en esos primeros días y gracias a ese maldito olor que parece perseguirla por la casa, pues solo ella lo huele, se hace patente lo útiles que resultan los demás sentidos cuando uno falla. 
No es solo como se nos presenta la ceguera de la protagonista lo que me ha gustado de ella, su personalidad ha tenido muchísimo que ver. Andrea es la que mejor lleva de la familia su propia ceguera. Cierto que hace casi cuatro años que perdió la vista, pero a su edad (y sobre todo teniendo en cuenta a los adolescentes que vemos retratados en los libros últimamente) cabría esperar que ella estuviera enfadada con el mundo, que el traslado se le hiciera cuesta arriba y no entendiera por qué su familia la ha arrancado de todo aquello conocido, pero ella no se queja y afronta los cambios con entereza.

Andrea siempre va acompañada por su inseparable hermana Sara y las dos tienen una relación que muchos hermanos envidiarían, llegando al punto de que, aunque Sara tampoco quería mudarse, no ha dicho ni pío porque sabe que es por el bien de su hermana. 

La narración salta de un personaje a otro sin aviso previo aunque se puede seguir el hilo de la historia perfectamente. De esta manera alcanzamos a ver el verdadero poder de la caja, pues este no solo se manifestará con la familia Montoya. 

La caja vacía es el primer trabajo de Anabel Samani, pero se nota el cariño que le ha puesto a la historia y la documentación que ha llevado a cabo para que esta tuviera sentido. Remarco especialmente el personaje de Andrea pues gracias a su ceguera tenemos varios momentos que nos pondrán los pelos de punta.