La desaparición de Annie Thorne de C.J. Tudor

Título original: The taking of Annie Thorne (2019)
Autora: C.J. Tudor
Saga: -
Género: Thriller
Editorial: Plaza & Janés
Traductor: Carlos Abreu Fetter
Edición: Mayo de 2019
Nº páginas: 368 páginas
Mi puntuación: ★★★☆☆

ENTONCES
Annie desapareció una noche. Desapareció de su propia cama sin dejar rastro. Todos pensamos lo peor.
De repente, como un milagro, tras cuarenta y ocho horas, volvió, pero no podía, o no quería, contar lo que le había ocurrido.
Algo le pasó a mi hermana, aunque ella no pueda explicarlo. Solo sé que cuando volvió ya no era la misma. No era mi Annie.
Soy incapaz de admitir, incluso para mí mismo, que a veces mi hermana me aterroriza.

AHORA
Recibí este correo hace casi dos meses. Estuve a punto de borrarlo, pero decidí abrirlo. Decía así:
«Sé qué le pasó a tu hermana. Y está ocurriendo de nuevo...»

El Hombre de Tiza fue uno de los booms del 2018. Yo caí de cuatro patas en parte porque la sinopsis me recordaba a IT (ESO) y en parte porque el libro venía recomendado por el propio King... al parecer el rey del terror y yo no coincidimos en lo que a lecturas se refiere pues aunque no odié el libro, la verdad es que tampoco me entusiasmó demasiado la historia, para mí se quedó corta en muchos aspectos.

El año pasado Plaza & Janés publicó el segundo libro de la autora, La desaparición de Annie Thorne y otra vez la sinopsis me dejó con curiosidad, por lo que decidí apuntármelo y darle una oportunidad en cuanto me fuera posible.

El libro empieza con el descubrimiento de un horrible crimen: una de las profesoras de la Academia Arnhill ha asesinado a su hijo y se ha quitado la vida tras dejar un misterioso mensaje. Este crimen tiene como consecuencia directa la vuelta de Joe Thorne a Arnhill. Él se marchó del pueblo tras todas las desgracias ocurridas a su familia pensando que no volvería nunca más, pero un extraño correo le impulsa a volver en busca de respuestas.

En mi opinión, esta historia tiene demasiadas similitudes con la anterior. No me refiero a la historia en si puesto que no tienen nada que ver, si no a la idea en general. Ambos libros están narrados a dos tiempos, estando los hechos del presente claramente influidos por los acontecimientos del pasado; en ambas historias existe un elemento sobrenatural con el que la autora va a jugar al despiste y, el verdadero fallo en mi opinión, la historia se nos cuenta demasiado a cuentagotas por lo que es realmente complicado crearse teorías sobre lo que está ocurriendo.

El misterio en torno a Annie es lo que me mantuvo atenta a cualquier mínimo detalle, desde el primer momento Joe va aportando pequeñas informaciones sobre qué le ocurrió a su hermana, pero el por qué pasa de adorarla a evitarla tras la desaparición también se pasa muy por alto.

Siendo completamente sincera, esta historia me ha gustado algo más que la anterior pues ha conseguido mantenerme interesada en ciertos puntos (tampoco ayuda que en El Hombre de Tiza tuviéramos una trama que ya de entrada me produce repelús), pero ambas me han dejado con la sensación de estar leyendo un primer borrador; la idea principal es interesante, pero en mi opinión da para mucho más. 

Un buen thriller por narices tiene que mantenerte a ciegas en cuanto al gran misterio, pero a la vez darte pistas que te hagan conjeturar y crearte teorías, que te hagan creer que puedes tener la respuesta aunque no sea así de lejos... Para mí, leer a Tudor es frustrante pues en ningún momento te da pie a creer que tienes la respuesta, si no que te limitas a avanzar esperando a que finalmente te de la solución.

Es curioso, con los libros de King me he quejado alguna vez de que le sobran páginas a la historia, pero en cambio con Tudor me ocurre justo lo contrario: 200 páginas más habrían sido bienvenidas por mi parte. Por eso no tengo nada clara la recomendación de King en el primer libro.

C.J. Tudor ha publicado dos historias por el momento y, tras leer ambas, el veredicto es que esta autora no es para mí por lo poco desarrolladas que están sus historias ya que no me gusta sentarme a esperar a que me lo desvelen todo.