Las dudas de Alexia de Susana Rubio

Título original: Las dudas de Alexia (2018)
Autora: Susana Rubio
Saga: Alexia #2/3
Género: New Adult
Editorial: Montena
Traductor: -
Primera edición: Noviembre de 2018
Nº páginas: 416 páginas
Precio: 16,95€

Alexia está con Nacho, pero cada vez que ve a Thiago su cuerpo se eriza y no puede pensar en nada más.

Nacho intuye que no está solo en la cabeza de Alexia, y su amigo Adrián sabe lo que es tener ganas de besar a dos personas a la vez.

Lea está decidida a esperar a Adrián, pero ¿será capaz él de dar el paso y alejarse de Leticia antes de que sea demasiado tarde?

¿Y quién es Apolo, el desconocido de Instagram, culpable de las noches en vela de Alexia?

Pues ya está aquí la segunda parte de la trilogía Alexia, que me he pulido en poco más de 24 horas (si es que hay que darle la razón a la etiqueta de la portada) y ahora me toca esperar a febrero para saber el final de esta historia (ya claro, como si fuera un gran misterio).

La relación de Alexia y Nacho va viento en popa mientras ella intenta mantenerse alejada de Thiago a pesar de que la no-relación entre Lea y Adrián le complica mucho las cosas. Mientras la tensión sexual entre ella y Thiago va en aumento, Alexia también tendrá que decidir si se reencuentra con esas dos personas que fueron tan importantes en su pasado, mientras intenta sobrevivir a la arpía de su madre.

Cualquiera pensaría que tras la revelación del primer libro este empezaría un poco más light, pero no es así pues ya en el primer capítulo se nos revela un dato importante que vuelve a poner a Alexia entre la espada y la pared. Si algo me gusta de estos libros es que la vida de Alexia es un culebrón de cabo a rabo y así consigue cumplir con la idea que yo tenía al empezar a leerlos: desconectar de otras lecturas más densas pues esta no lo es para nada, es de aquellas historias que lees sin darle demasiadas vueltas a la cabeza.

Alexia es un personaje que la mayor parte del tiempo me crispa los nervios porque es totalmente opuesta a mí. Yo soy de darle muchas vueltas a las cosas y rara vez actúo de manera impulsiva y ella es todo lo contrario, por lo que, cada vez que se da cuenta de que ha metido la pata hasta el fondo, me desespero porque ya se veía venir. Como ya os debéis imaginar, la mayoría de enredos de esta historia se dan por lo poco que piensa la protagonista y no lo considero un problema realmente pues Alexia solo tiene 18 años y justo empieza a darse cuenta de que ese rasgo suyo le trae más problemas que alegrías. Lo que realmente me molesta es que el resto de personajes lo mismo se quejan de esa impulsividad que dicen que les encanta… ¿en qué quedamos? ¿Os gusta o es un problema? 

Pero no todo es malo en esta protagonista, por ejemplo su amistad con Lea es de envidiar. Aunque no hace demasiado tiempo que son amigas, han creado un vínculo irrompible y la complicidad que tienen entre ellas engancha desde el primer momento. Por otro lado, en este segundo libro nos encontramos con una Alexia más reflexiva, aunque solo sea en ciertos aspectos de su vida. Por ejemplo, por cómo encara esa culpa que arrastra desde hace más de un año o por cómo se contiene con su amiga Natalia, pues está segura de que esta no les está contando toda la verdad de su situación. 

Lo que más me molesta de estos libros hasta ahora es el trío calavera que me sobra por completo. No puedo quitarme de encima la sensación de que no aportan nada a la historia y cada vez que aparece alguna de ellas se me revuelve el estómago pues solo consiguen alimentar esa idea de que las mujeres entre nosotras somos unas malas bichas.

Gala, Débora y Leticia son ese tipo de personas que no querría tener cerca de mí ni aunque me pagasen, esa clase de personas que a una le cuesta creer que realmente existan: clasistas, se creen que están por encima de todos los demás y, sobre todo, creen que Nacho, Thiago y Adri son de su propiedad, si es que solo les falta levantar la pata y mearles encima para marcar su territorio.

Cada vez que Gala o Débora mencionan a Leticia me da la risa pues cualquiera pensaría que están hablando de la reencarnación del Diablo, la pintan como si tuviera un poder supremo y a mí me parece muy triste que tenga a sus propias amigas tan acojonadas. En fin, como digo, en mi opinión la historia podría ser perfectamente la misma sin necesidad de incorporar a estas tres, Alexia es lo bastante impulsiva y cabra loca como para liarla ella solita así que por el momento no entiendo la finalidad de estos personajes… aunque reconozco que existe la posibilidad de que esto cambie con el cierre de la historia.

Quien más curiosidad me da es la madre de Alexia pues aún no se nos ha dado explicación para que sea tan despreciable y me niego a creer que la autora haya creado a una mala de culebrón sin más. Cuando creo que ya lo he visto todo con este personaje va y se saca un nuevo as de la manga y empieza a parecer que su única meta en la vida es hacerle la vida imposible a su propia hija con quien, por lo que hemos podido ver tanto en el presente como los retazos del pasado que se nos muestras de ellas dos juntas, nunca ha querido a su hija, siempre ha sido una molestia por lo que es imposible no preguntarse por qué siguió adelante con el embarazo.

Por lo demás, estamos ante la típica historia en la que todos y todas están buenísimos y a la protagonista le salen pretendientes de debajo de las piedras. Tiene tantos que yo hace rato que he perdido la cuenta y todos la ven como alguien súper especial, alguien por quien merece la pena tener un poco de competencia sana. 

La parte buena es que nadie se ha jurado amor eterno por el momento, dejando de lado que Alexia sea considerada poco menos que una diosa, tenemos historias más reales: un puñado de chicas y chicos que se atraen y deciden empezar una relación, sin ningún tipo de atadura y ver a dónde les lleva.

Las dudas de Alexia sigue la estela del primer libro: una historia sin muchas complicaciones, con sus más y sus menos que te mantiene entretenida a lo largo de toda la lectura. Quizá el giro del final ha sido lo más meh para mí, pues no he podido evitar acordarme de otras historias en las que ya se ha usado.