La Visitante de Amanda Stevens

Título original: The Visitor (2016)

Autora: Amanda Stevens
Saga: La Reina del cementerio #4/6
Género: Suspense
Editorial: Roca editorial
Traductora: Maria Ángulo Fernández
Edición: Junio de 2016
Nº páginas: 359 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆

«Antaño fuí lo que tú eres. Y algún día te convertirás en lo que yo soy ahora.»

Así habla el espíritu de la bisabuela de Amelia Gray, Rose Gray, una mujer tan atormentada por su don y por su conexión con el otro lado. Amelia está aterrorizada con la posibilidad de que la profecía se convierta en realidad y le suceda lo mismo que a su bisabuela. Ella solo quiere pasar el resto de su vida con John Devlin, el detective del que se ha enamorado.

Con el fin de evitar la profecía, Amelia deberá descubrir cómo murió realmente Rose y qué sucedió con el legado de la familia Gray. Después de tropezar con un viejo estereoscopio en el sótano de su casa en Charleston, el viaje de Amelia hacia el autodescubrimiento pronto se convierte en una investigación sobre un misterioso asesinato.

No se si recordaréis las Minireseñas que hice de los tres primeros libros (podéis leerlas aquí). Lo que me sorprendió mucho de esta saga es la atmósfera que nos envuelve siempre desde las primeras páginas y como la autora consigue que sintamos el miedo de Amelia en primera persona. Por eso cuando supe que se publicaba el siguiente libro no dudé en seguir con esta historia.

Amelia Gray puede ver fantasmas desde que tiene 9 años, pero al contrario de otros protagonistas con su mismo "don", ella se rige por unas reglas muy claras que le marcó su padre cuando era pequeña: Nunca reconozcas la presencia de una fantasma. Nunca te alejes demasiado de un campo sagrado. Nunca te relaciones con aquellos que están acechados. Nunca jamás tientes al destino. 

A lo largo de las anteriores entregas, hemos visto a Amelia restaurar el cementerio de Oak Grove y el cementerio de Asher Falls. A lo largo de estas restauraciones hemos visto a Amelia pasar por diversas fases: su atracción inmediata por el detective John Devlin pero del que debe mantenerse apartada a toda costa, la existencia de una misteriosa organización llamada Orden del Ataúd y la Zarpa de la que sabemos poco pero que no tiene muy buena pinta. Además en Asher Falls Amelia descubrió cosas de su propio pasado a las que aún intenta acostumbrarse y encontrarle sentido.

A pesar de regirse por las normas de su padre, es posible que en alguna de las anteriores entregas se haya saltado alguna de estas reglas y sumándole todo lo que ha descubierto sobre su pasado, en esta ocasión nos encontramos con una Amelia mucho más asustada de lo normal. ¿Es posible que los fantasmas no sean los únicos entes oscuros que habitan entre los dos mundos? ¿Puede ser que Amelia haya dejado entrar algo más siniestro?

Algo que sorprende de esta protagonista es sin duda su profesión. A pesar de poder ver fantasmas y evitarlos a toda costa, Amelia se dedica a restaurar cementerios. De entrada esto me pareció un sinsentido ya que a mi modo de ver si quieres evitar a los fantasmas, los cementerios deberían ser terreno vedado. Pero todo tiene su lógica: los cementerios están en suelo sagrado, por lo que los fantasmas no pueden entrar en ellos.

De igual manera, su casa siempre ha sido su refugio ya que se construyó sobre la capilla de un orfanato que se había incendiado. Eso la convierte en terreno sagrado y por lo tanto la hace infranqueable para los fantasmas. O al menos esto fue así hasta que un fantasma encontró la manera de entrar. Ahora Amelia no se siente segura ni siquiera entre esas cuatro paredes que tanta tranquilidad le habían proporcionado hasta ahora.

En este libro, Amelia sigue recibiendo visitas del fantasma de la mujer ciega, fantasma que la tiene muy intrigada puesto que se parece mucho a ella e incluso tiene su mismo nombre. 

Por otro lado, en una limpieza del sótano de su casa, encontrará una estereografía antigua en la que aparece una chica que es clavadita a ella. Estereografía que la llevará a conocer a una familia un tanto curiosa que le pedirá que restaure el cementerio que tienen en sus propiedades, el cual tiene una historia bastante trágica. 

Ezra Kroll, al volver de la guerra se retiró a sus tierras y organizó una comuna en la que vivían más de 30 personas, las cuáles un día aparecieron todas muertas, hecho que se atribuyó a un suicidio colectivo. Al ser suicidas, nadie quiso hacerse cargo de los cuerpos. Nadie excepto la misteriosa muchacha de la estereografía, quién construyó un cementerio para enterrar los cuerpos, levantando un grueso muro a su alrededor y con un laberinto de arbustos en la entrada. Lo curioso de este cementerio es que todas las lápidas tienen un número y una llave grabadas en la piedra y nadie sabe qué significan. 

Algo que me gusta mucho de esta saga es que la autora sabe crear una atmósfera asfixiante e incluso consigue ponerte los pelos de punta en varias ocasiones. Además, su protagonista rompe con muchas ideas preestablecidas que tenemos entorno a la gente con su mismo don (Entre fantasmas hizo mucho daño...). Pero además, Amelia es valiente y, a pesar de estar muerta de miedo, no se echa para atrás a la hora de investigar.

Una saga entretenida y llena de misterio que conseguirá estremeceros en más de una ocasión. En esta entrega Amelia sigue descubriendo cosas de su pasado y cosas sobre ella misma que la tendrán cada vez más asustada. El final de este libro te deja con muchas ganas de poder seguir ya con la historia.