Entrevista | Juan Manuel Peñate Rodríguez

Como much@s ya sabréis, he organizado una lectura conjunta del libro El Niño Pájaro con Pilar de Mi tarde junto a un libro y María de Krazy Book Obsession y en colaboración con el autor. 

Puesto que yo ya había leído el libro, no quería quedarme sin participar en la publicación de entradas así que se me ocurrió preparar una entrevista de manera que podáis conocer un poco más a Juan Manuel, seguro que much@s de los que seguís indecis@s os animáis finalmente a darle una oportunidad.

He intentado que no fuera la típica entrevista y el propio autor ha colaborado a ello pensando con calma lo que quería contestar así que tomad asiento y quienes ya conocéis su pluma estad atentos porque hay noticias suculentas ^^ Para l@s despistad@s que aún no sabéis de qué libros estoy hablando, os dejo las portadas y sinopsis infiltradas en la entrevista.

- Háblanos un poco de ti, ¿de dónde viene este amor por los relatos?

De niño siempre he sido un soñador, con muchos pajaritos en la cabeza. Mi amor por los libros, en general, hoy por hoy lo es todo. Ya de adolescente empiezo a hacerme un adicto a ellos. Sin embargo, son las historias en formato pequeño, o más bien mediano, las que con el tiempo se convierten en mis favoritas; algunas, por decir algún ejemplo, leídas de antologías de Stephen King o Clive Barker, autores que siempre me ha parecido que brillan más en este género.

No obstante, a veces cuesta dar con la antología redonda. Para mí, principalmente como lector, las que más disfruto son aquellas con pocas historias, relatos largos o, directamente, novelas cortas, el formato ideal para que uno se enganche, con una trama con cuerpo, unos personajes con cierta profundidad y, en definitiva, un final impactante que te deje satisfecho. No es lo común en las antologías, que por lo general suelen estar compuestas por taitantos relatos, de los cuales la mayoría, por su breve extensión, te suelen dejar un poco a medias.

Puede que de ahí la grata sorpresa y las buenas sensaciones de aquellos escépticos al género tras leer alguno de mis libros.

- Con el primer relato de El niño pájaro, el lector pronto se da cuenta de que la historia no será feliz… pero no solo ocurre con este sino que todas tus historias tienen ese toque siniestro o rodeado de misterio, ¿te dan repelús las historias bonitas?

Jajajaja. Me gustan las historias bonitas, claro que sí, pero a veces incluso las historias bellas tienen ese punto de incertidumbre, de inquietud, de, por qué no, tristeza, que conmueven y encogen el pecho, que hacen que tras acabarlas nos calen más hondo. Los que ya me leyeron saben que la suerte que corren los protagonistas de mis historias la mayoría de veces suele irle en contra, otras en cambio, me gusta acabar bien para que el lector cierre el libro con una sonrisa en la cara. Esa sensación de alivio, de “Uff, vaya, menos mal”. Otras veces una sonrisa nostálgica, melancólica… No sé, en cualquier caso, estoy seguro de que sentida.

- Siguiendo con la anterior pregunta, ¿es posible que te animes con otros géneros literarios en un futuro?

Con cada nuevo libro me gusta probar géneros nuevos, experimentar, tocar todos los palos posibles (un ejemplo muy claro es La gasolinera, uno de los relatos que más gustaron, envuelto con ese halo de ciencia ficción; género que, aunque me produce curiosidad, nunca me ha llamado demasiado, pero que, como con otros, me gusta llevarlo a mi terreno y darle ese toque personal). No obstante, siempre dentro del género de relatos. Insisto, antologías con alguna que otra novela corta, acompañada de relatos largos. El tipo de libro que más disfruto leyendo.

- ¿Qué te inspira a la hora de crear una de tus historias?

Me inspira mucho el cine, películas con las que he crecido, por supuesto, libros que me han marcado, otras veces vivencias personales, o anécdotas de gente que una vez he sentido cercana, pero sobre todo, y es algo que ya he comentado en anteriores entrevistas, los sueños. Muy esporádicamente sueño con algo llamativo, algo curioso digno de recordar, me despierto con esa nítida sensación de haber descubierto una idea, y si es lo suficientemente buena (pues la mayoría las acabo desechando) hago algunas anotaciones para que no caiga en el olvido.

Tengo un archivo solo lleno de posibles historias, a la espera de ser escritas algún día. Es posible que unas vean la luz tarde o temprano, y otras en cambio se queden para siempre en el camino. Quién sabe.

- Eres un especialista en cuanto a plot twist se refiere pero sobre todo con tramas enrevesadas y detalles cuidados al máximo. ¿Cómo lo consigues? ¿Cómo funciona tu mente para conseguir atrapar al lector de esta manera?

Jajajaja. Soy un poco retorcido, lo reconozco. Disfruto como un enano llevando al lector por una senda aparentemente conocida, aunque engañosa, y cuando más seguro está en su mullido sillón, hacerlo caer al vacío. En el fondo, es el tipo de giros que a mí como lector me gustaría recorrer para luego sorprenderme.

La mayoría de veces tengo el principio y el final de una historia, pues el durante es una eterna constante en desarrollo, improvisación y cantidad de matices. Sin embargo, en ocasiones, es la propia historia la que cobra vida, la que me guía a mí, y el final se descubre solo, diferente a lo mejor a lo que yo tenía imaginado. De repente asoma un halo de luz al final del camino y me digo: “¡Un momento, un momento! No tan deprisa. ¿Y si…?”. A menudo esos “Y si…” dan para mucho, a veces, para rizar el rizo.

En La pala un ritual es llevado a cabo por los habitantes de un pueblo remoto, un secreto compartido que va saltando de uno a otro; el protagonista de Dios Roco se convierte en testigo involuntario o nexo de unión entre dos mundos destinados a no conocerse nunca; dos mujeres muy dispares tienen que hacerse a la idea de convivir bajo el mismo techo, la situación lo requiere, pues afuera, Al otro lado del cristal… Una lucha encarnizada por la supervivencia es desplegada a través de un macabro juego al que El jugador pesimista, junto con otros, tendrá que hacer frente, algo que lo marcará de por vida; en Tercera planta, por favor acompañaremos a alguien cuya memoria hace mucho que lo abandonó en su descenso al siguiente infierno; una institución mental es siempre lugar de confesiones susurradas cuyas paredes encierran anécdotas misteriosas y leyendas urbanas que nadie creería, sin embargo, es la persona que habita En la celda de colores la que guarda la más inquietante de las historias; ¿hasta qué punto llegarían unos por impresionar a otros? En Touchdown alguien cruzará esa delgada línea, demostrando una vez más que la estupidez humana no conoce límites.

Estos siete relatos —tres de ellos novelas cortas— representan la ópera prima de su autor, un surtido de emociones y escalofríos que abarcan géneros tan diversos como el suspense, la fábula, la ciencia-ficción, el fantástico o el terror.

- Algunos de tus relatos dan pie para una continuación, ¿es posible que en un futuro sepamos más de alguno de los personajes?

Es más que posible. Como ya sabes, los continuos guiños son frecuentes en mis historias. A veces algún que otro personaje que era protagonista en uno de mis relatos vuelve a aparecer como secundario en otro de otro libro, y viceversa, dando la posibilidad de conocer nuevos aspectos de dicho personaje. Estad atentos porque mi siguiente libro, ya próximo para el año que viene, viene cargado de sorpresas.

- Hace poco explicaste en tu blog por qué uno de los personajes de Al otro lado del cristal se llama Beverly. ¿Alguna curiosidad parecida en alguno de los relatos de El niño pájaro?

Es cierto, para quien no lo leyera, comenté que la única amiga de Marina, uno de los personajes principales de En la celda de colores (novela corta recogida en mi primera antología), es Beverly; un personaje de It, de Stephen King, recordemos que era la única chica de esa pandilla de perdedores. Siendo Marina tan especial, tan atípica a las chicas de su edad, con otros intereses, digamos, pensé que no podía tener otra amiga. Además de hacerle un guiño a mi libro favorito.

¿Más curiosidades? Pues… el primer relato de El niño pájaro, el llamado La última lectura, lo escribí casi sin pensar en ninguna referencia literaria o cinematográfica. Recuerdo que antes de publicar el libro le pasé el relato a mi amigo Manuel Osuna (quien prologa el libro). Cuando lo leyó, me dijo con cierta nostalgia que le había recordado mucho a la peli Dentro del laberinto (una de las cosas que nos une es la nostalgia por las viejas glorias ochenteras). Y no creas que no tiene su chicha la cosa, si te fijas, el protagonista es un muchacho llamado Jorge, quien, con el tiempo, más allá de las fronteras de este mundo, empieza a conocérsele por Jorgius el Oscuro por unos, y Jargen el Sanguinario por otros. Quién sabe si más adelante su nombre hubiera mutado al de Jareth el Rey de los goblins, personaje interpretado por David Bowie en Dentro del laberinto. Pensándolo fríamente, este relato podría haber sido, o ser, una especie de los orígenes de tal personaje. Más curioso todavía fue que, por aquellos días en que Manuel Osuna se leyó este relato, el mundo fue testigo de la triste noticia de la muerte de David Bowie.

Los que sientan curiosidad por este relato, pueden leerlo de forma gratuita en mi página de autor (aquí).

Continuando con más curiosidades, el último relato, La gasolinera, conecta de algún modo con este primero que acabo de hablar, a través de un objeto muy significativo, y cuyo mensaje o segunda lectura es muy distinto en una historia y en otra.

Luego están los guiños, como en Club Paradise, donde reaparece Roy Olsen (padre de Marina), o la propia Marina, en ¡Feliz no cumpleaños!, ambos personajes, padre e hija, protagonistas de En la celda de colores (novela corta de mi primera antología), una forma de saber qué fue de ellos o conocer otros momentos curiosos de su vida. Por no hablar de los homenajes a célebres autores, insuflándoles vida en la ficción.

Otra curiosidad también se dio con el propio prólogo. Cuando Manuel Osuna me lo envió, lo leí con una sonrisa en la cara por ese toque quijotesco que le dio, pero no le di mayor importancia. Más adelante nos enteramos por los medios que ese mismo año (2016), el de la propia publicación del libro, se cumplía el aniversario de Cervantes por los 400 años de su muerte. Dato que contrasté con Manuel, que me confesó que no tenía ni idea. Vamos, que si lo intenta hacer adrede no le hubiese salido igual de bien.

- Creo saber la respuesta, pero ¿qué autor o autora es el que más te ha marcado en tu labor como escritor?

A riesgo de repetirme, Stephen King (sobre todo en lo tocante a las ideas originales, el germen de toda historia, a la sencillez en planteamientos e, incluso, al surrealismo), Tolkien (por su imaginación portentosa para explorar vastos mundos, la épica y el valor de la amistad), Paul Auster (por la personalidad de sus personajes, casi siempre solitarios, incomprendidos y movidos por los vientos del azar), Clive Barker (por lo siniestro, sangriento, sexual y descarnado), Ken Follett (por ese instinto de venganza que impregnan sus historias, por sus increíblemente odiosos villanos, para mí uno de los grandes aciertos, capaz de despertar las más bajas pasiones)… De todos ellos, y algunos otros, he mamado algo, alcanzando casi sin ser consciente mi estilo propio.

- ¿Cómo está siendo tu experiencia como escritor? No hay duda de que tus dos libros tienen muy buena acogida, pero ¿cuesta hacerse un hueco en este mundillo?

Cuesta. Sí que cuesta. En mi adolescencia tenías tus favoritos, había escritores mediocres, otros normalitos avalados con algún premio (nunca me he fiado de los premios), estaban los muy buenos, los la hostia de buenos, y las leyendas, los nuevos padres de tal o cual género. Pero estaban los que estaban. Ahora, en un mundo donde hay más escritores que lectores, encontrar tu minuto de gloria es complicado. Todo es muy efímero, hoy tu criatura de papel es novedad y la semana que viene es sepultada por otras cientos de novedades. Nos movemos en un mercado cuyo ritmo impuesto es cada vez más frenético y voraz; entre tanta variedad de productos, es normal que los consumidores empiecen a sentirse saturados, porque incluso a mí como lector me pasa lo mismo.

Y a pesar de todo, la crítica con mis dos libros ha sido, y continúa siendo, tan entusiasta, que solo puedo rendirme a sus pies y continuar haciendo lo que mejor se me da, que es escribir. Cuando, sin preverlo, cantidad de lectores eligen alguno de tus libros como uno de sus 5 mejores lecturas del año, no puedo sentirme más feliz y agradecido.

- Después de leer tus dos libros, tengo muy claro cuáles son mis favoritos entre todos tus relatos. ¿Y tú? ¿Hay alguno del que te sientas especialmente orgulloso? ¿Por qué?

Es difícil. De Al otro lado del cristal, siempre he estado dividido entre sus tres novelas cortas, pero si tengo que mojarme diré En la celda de colores; su trama da tanto juego, tantos giros y tantos puntos de vista (pues cada capítulo parece meterse en la piel de cada personaje), que me dio hasta pena cuando la terminé, no quería separarme de sus protagonistas.

Con El niño pájaro lo tengo más claro. Aunque cada historia lleva un trozo de mi corazón, sin duda la novela corta que da título al libro es mi favorita, donde descargué todo el sentimiento que guardo hacia muchas cosas (la figura del cuentacuentos, el poder redentor de la imaginación, la infancia quebrada, la aventura, los antihéroes, el derecho a un lugar en este mundo de aquellos diferentes a la mayoría…). Fue todo un reto construir a un personaje protagonista que no habla, que no pronuncia ni una sola palabra en toda la historia, y que al mismo tiempo se hiciera entender más que los que lo rodeaban, solo con la rotundidad de sus actos y sus sentimientos.

En La última lectura los integrantes de una hermandad secreta se reúnen una vez más en el acostumbrado punto de encuentro, ignorantes de lo que la noche les depara; el Club Paradise es un sitio especial al que no se puede ingresar si no es por invitación directa de alguien de dentro, sin embargo, lo insólito no radica en su emplazamiento, de por sí inconfesable, sino en los miembros que lo conforman; en una época de oscuridad y misterios, en mitad de un sangriento barrizal cubierto por centenares de cadáveres, una enigmática mujer de la que apenas se sabe da a luz un extraño bebé que no llora, aquel destinado a sacudir los cimientos de una era, aquel por cuya leyenda será recordado como El niño pájaro; en ¡Feliz no cumpleaños! nos reencontraremos con personajes archiconocidos, aunque más allá de ese mundo onírico, tras las sombras, ¿hasta qué punto los conocemos?; en La gasolinera una imprevista parada en el camino supondrá para alguien un soplo de aire fresco, pero también un antes y un después en la manera de contemplar su viaje interminable.

Del autor de Al otro lado del cristal, nos llega su esperada segunda antología, nuevos e inolvidables relatos donde los amantes del suspense, la ciencia-ficción, la fantasía o el terror volverán a estar de enhorabuena.

- ¿Entre todos los personajes de tus novelas, hay alguno por el que sientas predilección?

Absolutamente por todos. Hasta de algunos secundarios, que brillan con luz propia y merecerían sus propias historias.

- Venga va, vamos a por una pregunta típica: si estuvieras en una isla desierta, ¿qué libro, qué película y qué persona te gustaría que te acompañara?

Buff, qué complicado, ¿no? Un libro… Te diría El hobbit. Aunque si me vuelves a preguntar lo mismo dentro de un tiempo a lo mejor te respondo otra cosa, jajaja.

Una película… Bueno, tendría que ser una de esas que he visto mil veces y nunca me canso, ideal para llevarte a una isla desierta. Ajustándose a este criterio, podría decirte El mago de Oz, Mary Poppins, La historia interminable, Atrapado en el tiempo, Los goonies… No sé, cualquiera de estas.

Lo de la persona sí lo tengo más claro. Obviamente Moniki, mi chica, y compañera de blog.

- ¿Es posible que en un futuro podamos leer una novela propiamente dicha firmada con tu nombre?

No son pocas las veces que me han preguntado esto, y siempre respondo lo mismo: en mis libros siempre hay alguna novela (El jugador pesimista, El niño pájaro), novelas cortas (Al otro lado del cristal, En la celda de colores), y relatos largos. ¿Qué mayor regalo que una novela acompañada de varios relatos? Puesto que las antologías con estas características no son precisamente las más frecuentes, por el momento seguiré escribiendo libros similares a los ya publicados, apostando por el género, reivindicándolo, pero siempre tocando nuevos temas y horizontes. Como suele decirse, en la variedad está el gusto.

- ¿Tienes alguna anécdota con algún lector que quieras compartir?

Pues… anécdotas así extrañas, no recuerdo ninguna. Me quedo sobre todo cuando alguien me ha comentado que no le gustaban los libros de relatos y de repente mi libro se ha convertido en uno de sus favoritos, o que se lo leyeron en un par de días, o que alguna historia les hizo reír y llorar al mismo tiempo. Como es lógico, suelen ser el tipo de mensajes que más impresión te causan.

- ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere empezar a escribir, pero aún no se anima?

Que luche por su sueño por muy improbable y lejano que se le antoje, pero sin precipitarse al mismo tiempo, revisiones y correcciones mil, las que hagan falta. Su esmero, escrúpulo y buen hacer serán su mejor carta de presentación, al margen de lo cojonuda que sea la propia historia.

Gracias por este agradable ratito. Un gusto pasarme por este rincón tan querido.

- Muchas gracias a ti Juan Manuel por la colaboración y por dedicar un ratito a esta entrevista. 

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Listado participantes en la lectura conjunta:

Mi tarde junto a un libro

Krazy Book Obsession

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Entre lectores y libros

Fervenza de Verbas
El mundo de Aylavella
La vida de mi silencio
Rellenita de crema
La vida entre páginas
Books FD

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