Las hijas de la tierra de Alaitz Leceaga

Título original: Las hijas de la tierra (2019)
Autor: Alaitz Leceaga
Saga: -
Género: Contemporánea, Narrativa
Editorial: Ediciones B
Traductor: -
Edición: Septiembre de 2019
Nº páginas: 560 páginas
Mi puntuación: ★★★★★

Una tierra maldita.

Una mujer dispuesta a luchar por el poder.

Un gran misterio que debe salir a la luz.

Año 1889, La Rioja. Hay quien dice que una maldición se ciñe sobre los viñedos, secos desde hace años, de la finca Las Urracas. Mientras las grandes bodegas de la región comienzan su edad dorada, Gloria -la joven hija del propietario- languidece en la vieja mansión familiar, viendo aproximarse otro otoño sin cosecha.

Sometida a la autoridad de una tía cruel y un padre ausente, Gloria verá cambiar su vida de un día para otro cuando tenga que ponerse al frente del negocio familiar. Será entonces cuando comience una larga batalla que la enfrentará a los bodegueros y caciques locales, que no conciben tener como rival a una mujer. Y menos a una que pone en duda sus viejos privilegios.

Con la ayuda de sus hermanas, Gloria luchará por recuperar el esplendor de sus viñedos, al tiempo que se adentra en los secretos que esconden las habitaciones cerradas y los campos muertos de Las Urracas. Bajo la sombra de una maldición que solo al final sabremos si es cierta, las mujeres de esta novela lucharán, sin miedo a nada ni a nadie, por el poder que les pertenece.

El año pasado Alaitz Leceaga publicó su primera novela El bosque sabe tu nombre y yo la pasé completamente por alto hasta que empezaron a publicarse las reseñas. Lo sé, aún me estoy dando cabezazos contra la pared, porque de veras que no entiendo como puede ser que esa preciosa portada no captara mi atención al ver el boletín de novedades. Solo necesité una reseña (la de Pilar de Mi tarde junto a un libro) para darme cuenta de que esa novela tenía todos los puntos para convertirse en uno de mis libros favoritos del año, pero por unas cosas u otras no pude hacerme con el y al final me he estrenado con Las hijas de la tierra, segunda novela de la autora. Si el año pasado creía que su anterior novela se colaría directa entre mis favoritos del año, ahora estoy casi convencida de es la autora la que se va a meter de cabeza en mis must have.

Las hijas de la tierra es la historia de tres hermanas: Gloria, Teresa y Verónica. Las tres chicas viven en la finca Las Urracas con su padre y su hermano Rafael, el hermano mellizo de Gloria. Todo el mundo cree que los viñedos y la finca están malditos porque sus cepas llevan 30 años dormidas. Con 3 hermanas pelirrojas y zurdas viviendo en la casa, es fácil imaginar a quien culpa todo el mundo, pero la creencia de que están malditas no se limita a ellas, ya la arrastraban su madre y su tía abuela.

De un día para otro Gloria se verá al frente de la finca familiar y hará todo lo posible para reflotarla pese a los inconvenientes que constantemente le pondrán los demás bodegueros, el alcalde en especial.

Las hermanas Veltrán-Belasco son el centro de esta historia, siendo su maldición el gran peso que cargan a sus espaldas. A medida que avanzamos en la historia nos damos cuenta de como estas tres hermanas, tan especiales por motivos distintos, han terminado creyéndose que están malditas. Durante toda su vida no han dejado de repetirles lo mismo y que su finca sea la única en la zona que no da frutos no ayuda. 

Aunque las tres hermanas están perfectamente perfiladas, a la que mejor conocemos es a la mayor, Gloria, quien también será la que mayor evolución presente. Cuando la conocemos Gloria está siendo manipulada por una persona de su entorno con la que mantiene una relación tóxica y poco a poco veremos como se deshace de todo eso, como afronta el reto de reflotar la finca y como opone resistencia contra todo aquel que quiera ponerle trabas, como empieza a rebelarse contra todo lo que se espera de ella solo por ser mujer.

Verónica es sin duda la más embrujada de las tres hermanas. Al ser la más pequeña, le cuesta mucho más deshacerse de la maldición y las voces que escucha constantemente no ayudan para nada. Verónica es una virtuosa de la música y llama la atención la estrecha relación que tiene con Inocencio Izquierdo, el hijo de la alcaldesa y al que todo el mundo también considera rarito. Teresa, la hermana mediana, es para mí la que más sufre en esta historia y a través de ella veremos otra cruel realidad de la época, como se trataba a aquellos que no encajaban en los cánones establecidos por la sociedad, los que no se atañían a aquello que era considerado correcto o natural.

En Las hijas de la tierra veremos a las tres hermanas luchando contra los demonios, pero no aquellos que durante toda la vida les han dicho que tienen dentro, los demonios de verdad caminan a su lado y no dudarán en atacar a estas hermanas que de repente han decidido no seguir obedeciendo y poco a poco irán saliendo a la luz todos los secretos de los hombres ansiosos de poder. Horroriza descubrir lo que algunos están dispuestos a hacer para subir unos cuantos escalones. 

A lo largo de todo el libro tendremos muy presente todo el proceso de la vendimia, que la autora nos va contando poco a poco, consiguiendo que no resulte para nada pesado si no todo lo contrario, interesante. Diana la vinatera será el mayor apoyo de Gloria en las primeras fases y ha sido uno de mis personajes favoritos. Diana es conocida como la loca de San Dionisio, algo que no le importa para nada pues ella misma dice que todo pueblo tiene que tener una loca, que es obligatorio. 

Los hermanos Lavigny, unos franceses que han comprado unas cuantas hectáreas de la finca, también serán muy importantes en la vida de las tres hermanas pues gracias a sus contactos Las Urracas finalmente empezarán a dar beneficios, pese a que las vides sigan dormidas.

Siempre se me olvida cuanto me gustan este tipo de historias, de narración pausada, de grandes secretos familiares que finalmente salen a la luz y, no sé como expresar esto, historias que cuentan con grandes giros pero que tampoco nos dejan con la boca abierta porque los esperamos. Esos libros en los que desde el inicio sabemos que se está cociendo algo, que hay algo que no cuadra y que tarde o temprano se va a destapar. Tanto si lo adivino o no, disfruto de los cambios que supone el destape del secreto en la historia.

Las hijas de la tierra se mete de cabeza en mis mejores lecturas del año gracias a unos personajes que recordaré durante mucho tiempo y El bosque sabe tu nombre será una de mis próximas lecturas. Necesito confirmar que Alaitz Leceaga es una autora a la que seguir muy de cerca.