Autora: Lena Valenti
Saga: El Diván de Becca #3/3
Género: Chick lit
Editorial: Plaza & Janés
Traductor: -
Primera edición: Julio de 2015
Nº páginas: 448 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆
Becca, una psicóloga mediática que sigue métodos podo ortodoxos, y Axel, su guapísimo pero inescrutable cámara, viven intensa y apasionadamente algo que es cualquier cosa menos una historia de amor convencional.
A Becca le han pasado muchas cosas buenas con su nuevo programa, pero también algunas muy malas... pero no pierde nunca su sonrisa ni la esperanza de saber quién es en realidad Axel. Pero en esta nueva novela viviremos muchas más emociones con Becca: Eli y Carla le darán una sorpresa; aparecerá su ex novio; tomará de nuevo las riendas de su programa y conocerá a adorables y disparatados pacientes mientras intenta ignorar que su acosador sigue libre y pisándole los talones.
A Becca le han pasado muchas cosas buenas con su nuevo programa, pero también algunas muy malas... pero no pierde nunca su sonrisa ni la esperanza de saber quién es en realidad Axel. Pero en esta nueva novela viviremos muchas más emociones con Becca: Eli y Carla le darán una sorpresa; aparecerá su ex novio; tomará de nuevo las riendas de su programa y conocerá a adorables y disparatados pacientes mientras intenta ignorar que su acosador sigue libre y pisándole los talones.
Por fin os traemos la reseña del cierre de la trilogía El diván de Becca y esta vez, conjunta. Siguiendo el ritmo fresco y ágil de los dos libros anteriores Lena consigue sorprendernos en varias ocasiones más y, además, nos regala una escena cómica sublime.
Como era de esperar la ultima entrega de El diván de Becca, no nos ha defraudado, y es que es un libro fiel a sus antecesores: desenfadado, divertido y con una historia profunda.
Finalmente vemos como la historia de Axel y Becca evoluciona y es debido a que conocemos a una persona muy importante en la vida de Axel que le resolverá varios interrogantes a Becca (¡al fin!) y de paso a nosotras. Este personaje supondrá un gran apoyo para la protagonista, que estaba a un tris de darse por vencida.
Pero, gracias a la constancia de Becca, Axel empieza a mostrarnos un lado un poco más tierno, dejando patente cuanto le preocupa que Becca conozca su pasado. Y es que le aterra que a consecuencia de ello, Becca le deje.
En este último libro, la terapia de Becca se centra en dos personajes: seguimos con Roberto, el socio salido de Fede, y conoceremos a Marina, la amiga de Fanny que está embarazada y tiene pánico al parto. Probablemente, no podríamos imaginar a dos personas más dispares y predispuestas a llevarse mal, pero Becca, más chula que un ocho, decide hacer una terapia conjunta. Si con las otras terapias Lena conseguía hacernos reír, con esta nos arranca carcajadas de verdad. Y es que la terapia de Roberto y Marina nos proporciona situaciones desternillantes.
A lo largo del libro hay muchos momentos memorables con los que no puedes dejar de reírte, de hecho hay uno en concreto con el que nos quitamos el sombrero ante Lena, y es que ella realmente sabe como hacerte reír hasta las lágrimas.
Pero este libro tiene muchas historias surrealistas para escoger, Becca parece un imán para los problemas y las historias absurdas.
En cuanto al acosador de Becca, Lena consigue mantener la incógnita hasta prácticamente el final. Durante toda la trilogía estuvimos haciendo nuestras conjeturas, y aunque no nos acabamos de tragar el "engaño" del segundo libro, no acertábamos a la hora de escoger al culpable. Y eso que una vez que sabes quién es te das cuenta de que durante los tres libros hay un montón de pistas, pero nada, justo cuando empezábamos a ver la luz, se nos desveló el misterio.
Aunque el libro engancha por lo divertida que es la historia, las dos estamos de acuerdo en que nos ha faltado que Becca sacará carácter y le montara una buena bronca a Axel. Entendemos que Becca es paciente porque intuye que Axel ha tenido una vida dura, pero aún y así ha habido momentos en los que nos ha dejado frías la reacción de ella.
Y es que cuesta mucho encontrar a una protagonista con carácter. Parece que la tónica de los libros de hoy en día es que, hagan lo que hagan ellos, ellas tienen que aguantar, callar y perdonar todo.
Otra cosa que nos gustó mucho fue el final. Esta trilogía no cuenta con epílogo, pero en lugar de ello seremos recompensadas con una "reunión" donde podremos volver a ver a todos los pacientes de Becca y sabremos como han evolucionado sus fobias y como han cambiado sus vidas después de que Becca se cruzara en ellas.
Finalmente vemos como la historia de Axel y Becca evoluciona y es debido a que conocemos a una persona muy importante en la vida de Axel que le resolverá varios interrogantes a Becca (¡al fin!) y de paso a nosotras. Este personaje supondrá un gran apoyo para la protagonista, que estaba a un tris de darse por vencida.
Pero, gracias a la constancia de Becca, Axel empieza a mostrarnos un lado un poco más tierno, dejando patente cuanto le preocupa que Becca conozca su pasado. Y es que le aterra que a consecuencia de ello, Becca le deje.
En este último libro, la terapia de Becca se centra en dos personajes: seguimos con Roberto, el socio salido de Fede, y conoceremos a Marina, la amiga de Fanny que está embarazada y tiene pánico al parto. Probablemente, no podríamos imaginar a dos personas más dispares y predispuestas a llevarse mal, pero Becca, más chula que un ocho, decide hacer una terapia conjunta. Si con las otras terapias Lena conseguía hacernos reír, con esta nos arranca carcajadas de verdad. Y es que la terapia de Roberto y Marina nos proporciona situaciones desternillantes.
—¡¿En serio?!
Roberto frunce el ceño.
—En serio ¿qué?
—¿En serio se corren en mi cara?
—Sí.
—¡¿Qué dices?! ¡No! ¡Lo has estropeado! —protesto con una carcajada—. Pero ¡qué asco! Odio que hagan eso. A mí no me gusta, vamos —digo poniéndome una mano en el centro del pecho—. Me irrita los ojos. —Y los cierro en un gesto teatral.
—¿Te estás riendo de mí?
Los vuelvo a abrir, consternada, y niego con la cabeza.
—¡No! ¡Para nada! ¡Lo digo en serio! A ninguna mujer le gusta, por favor. Solo a las actrices porno, y porque les pagan por eso. ¿Qué te crees? ¿Que están ahí deseosas de que les pegues las pestañas con tu leche? No —murmuro, divertida, y al instante se me ocurre otra cosa—. Es como lo de tragarse el semen. —Pongo los ojos en blanco—. ¿A quién le gusta?
A lo largo del libro hay muchos momentos memorables con los que no puedes dejar de reírte, de hecho hay uno en concreto con el que nos quitamos el sombrero ante Lena, y es que ella realmente sabe como hacerte reír hasta las lágrimas.
Pero este libro tiene muchas historias surrealistas para escoger, Becca parece un imán para los problemas y las historias absurdas.
En cuanto al acosador de Becca, Lena consigue mantener la incógnita hasta prácticamente el final. Durante toda la trilogía estuvimos haciendo nuestras conjeturas, y aunque no nos acabamos de tragar el "engaño" del segundo libro, no acertábamos a la hora de escoger al culpable. Y eso que una vez que sabes quién es te das cuenta de que durante los tres libros hay un montón de pistas, pero nada, justo cuando empezábamos a ver la luz, se nos desveló el misterio.
Aunque el libro engancha por lo divertida que es la historia, las dos estamos de acuerdo en que nos ha faltado que Becca sacará carácter y le montara una buena bronca a Axel. Entendemos que Becca es paciente porque intuye que Axel ha tenido una vida dura, pero aún y así ha habido momentos en los que nos ha dejado frías la reacción de ella.
Y es que cuesta mucho encontrar a una protagonista con carácter. Parece que la tónica de los libros de hoy en día es que, hagan lo que hagan ellos, ellas tienen que aguantar, callar y perdonar todo.
Otra cosa que nos gustó mucho fue el final. Esta trilogía no cuenta con epílogo, pero en lugar de ello seremos recompensadas con una "reunión" donde podremos volver a ver a todos los pacientes de Becca y sabremos como han evolucionado sus fobias y como han cambiado sus vidas después de que Becca se cruzara en ellas.
El diván de Becca es una trilogía entretenida con la que te reirás a carcajadas, la recomendamos con los ojos cerrados. Llena de casos de fobias estramboticas, tratadas con mucho humor, una protagonista hilarante y aderezado todo con un trasfondo de suspense que ni siquiera era necesario para que la historia nos atrapara.
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