Una Columna de Fuego de Ken Follett

Título original: A Column of Fire (2017)
Autor: Ken Follet
Saga: Kingsbridge #3/3
Género: Histórica
Editorial: Plaza & Janés

Traductor: Anuvela

Edición: Septiembre de 2017
Nº páginas: 941 páginas

Mi puntuación: ★★★☆☆

En el año 1558, los conflictos religiosos que sacuden Kingsbridge se han convertido en un obstáculo insuperable para el amor de Ned Willard y Margery Fitgerald. Cuando Isabel I llega al trono, toda Europa se vuelve en contra de Inglaterra y la joven monarca decide crear el primer servicio secreto, cuya misión es advertirla de posibles intrigas e invasiones. A lo largo de medio siglo turbulento, Ned luchará por conseguir a Margery mientras lidera este reducido y entregado grupo de valerosos agentes secretos, que se convertirán en el fundamento del poder de la reina... y en materia de un cautivador thriller histórico de espionaje.

Hace mucho tiempo que le estoy dando vueltas a esta reseña y es que creo que sigo en estado de shock. Tengo muy buen recuerdo de Los Pilares de la Tierra y Un Mundo sin Fin (curiosamente aunque debería tener más fresco el segundo, recuerdo más del primero) y por eso no puedo entender qué ha ocurrido con la tercera parte: Una Columna de Fuego, no sabría deciros si es que mis gustos han cambiado con los años (los dos primeros los leí hace más de 10 años) o si realmente este no ha estado a la altura de sus predecesores.

De entrada, tardé mucho en leerlo: lo compré en cuanto salió a la venta el año pasado, lo empecé al mes siguiente pero tuve que postergarlo por otras lecturas y se quedó acumulando polvo en la estantería hasta que a principios de este año lo retomé. No es que de entrada el libro no me gustara, al contrario, pero sí es cierto que me costó un mundo volver a ponerme con él y tengo bastante claro qué era lo que me frenaba.

Volvemos a Kingsbridge, concretamente en el año 1558 cuando Ned Willard vuelve a la ciudad después de estar un tiempo fuera. Enamorado de Margery desde hace tiempo, Ned no ve el momento de pedir la mano de la chica, pero esto solo le valdrá una paliza.
Margery proviene de una familia profundamente católica y una de las enseñanzas que se le ha inculcado desde pequeña es la de obedecer a sus padres por lo que no le quedará otra que renunciar al amor de Ned y aceptar en cambio al futuro conde de Shiring como esposo. 

En París conocemos al estafador Pierre Aumande, quien desea llegar a ser un miembro importante de la familia De Guisa y conseguirá convertirse en un espía del cardenal Carlos en busca de protestantes y así conocerá a Sylvie Palot, hija de un impresor de libros prohibidos.

Barney Willard, el hermano de Ned, está en Sevilla con unos familiares, pero la construcción de un horno que les da ventaja frente al resto del gremio provocará que tenga que huir junto a su primo Carlos y el esclavo de este, Ebrima.

Como partes positivas destacaré el mundo en el que se mueven Ned y Pierre: a través de ellos vivimos en primera persona las conspiraciones de palacio (que ya sabéis que a mí me gustan más que a un tonto un lápiz) y, sobre todo, el conflicto entre católicos y protestantes que con al ascender Isabel I al trono llegó a su punto álgido. 
Sylvie Palot es decididamente mi personaje favorito, la hija de un impresor parisino a quién la vida no tratará nada bien. En ella he encontrado lo que yo esperaba en Margery: una mujer fuerte, decidida y con una gran evolución. Llega un punto en el que el autor intenta hacernos creer que todo eso lo vemos en el personaje de Margery, pero no, ella sigue exactamente igual a lo largo de todo el libro.
También hay que agradecerle al autor la guía de personajes que incorpora al inicio del libro precisamente por si no lo leemos todo del tirón y la lista de personajes históricos pues va bien saber quién existió realmente y quién no.

Como puntos negativos, tengo varios que no han terminado de convencerme:

De nuevo me encuentro con una historia estrechamente relacionada con el reinado de Isabel I, demasiado para mi gusto. En los dos libros anteriores lo realmente importante era Kingsbridge en si, su historia y la formación de la ciudad alrededor de la catedral y en este último libro apenas lo pisamos. No es solo que la acción se divida en distintos lugares, es que todo lo que acontece en Kingsbridge podría haberse dado en cualquier otro lugar perfectamente, lo que conlleva la pérdida de la magia de los dos primeros libros, esa sensación de retorno a un lugar conocido. 
Ligado a esto, tenemos demasiados personajes reales en esta historia y no aparecen de pasada si no que son piezas clave por lo que el autor a la fuerza tiene que haberse tomado licencias literarias a diestro y siniestro. No tiene por qué ser necesariamente algo malo, es solo que no era lo que yo esperaba de esta historia. En los dos primeros libros la parte histórica giraba entorno a los personajes ficticios y en esta ocasión es justo lo contrario.

Otro punto negativo son las tramas innecesarias y me refiero concretamente a toda la historia de Barney Willard. La eliminas por completo y el libro permanece intacto. Sigo dándole vueltas al porqué era necesario este personaje y, sinceramente, no le veo ninguna utilidad más allá de mostrar el tráfico de esclavos.

Nunca creí que diría algo parecido en un libro ambientado en Kingsbridge pero mi gran fallo ha sido la historia de amor principal. Como os he dicho al empezar, recuerdo más bien poco de Un Mundo sin Fin, pero creo que no ando muy equivocada si digo que el autor ha usado exactamente la misma pauta en los tres libros: los dos tortolitos viven un amor prohibido, ya por su posición social o ya por sus creencias, en su juventud no se les permite estar juntos. Una vez funciona, dos tiene un pase, pero que las tres historias de amor sean iguales a grandes rasgos... Admito que aquí también ha jugado un papel importante el no tragar a Margery, que fue la principal culpable de que me costara tanto retomar la lectura y va ligado con el siguiente punto.

Ya he dicho que una de las partes clave del libro es el conflicto entre católicos y protestantes por lo que sí, la religión sigue siendo uno de los puntos clave de la trilogía Kingsbridge y, a mi parecer, el autor ha desaprovechado una oportunidad magnífica de darle un poco de interés al personaje principal femenino. 
Soy de las que opina que en un libro hay que tener en cuenta el contexto histórico cuando ocurren ciertas cosas, pero con Margery me ha costado lo mío centrarme en este pensamiento. Hay un momento en el que a Margery le ocurre algo malo que por desgracia en esa época era habitual y ella, como buena católica, recurre a su fe pero esta le falla. Otra vez. Y Margery digamos que se conforma, lo que no cuadra con su reacción.
En mi opinión, el autor debería haber sido consecuente y aprovechar ese momento para que Margery abandonara la fe o, al menos, se replanteara el protestantismo. Soy consciente de que la educación tiene mucho que ver pero después de verse obligada a casarse con alguien a quien no soporta, tener que escucharse por parte de su confesor que tiene que pedir perdón por algo que no es culpa suya... Si ella hubiera creído que era su culpa podría haber llegado a entenderlo pero no es el caso, Margery tiene muy claro que ella no lo ha provocado ni buscado por lo que de verdad que no entiendo porque aquí no vimos un cambio en este personaje (tengo la sensación de que he intentado ser muy críptica pero aún y así se sabe perfectamente de qué hablo xD).

El tema personajes podría haber tenido un pase si solo hubiera tenido problemas con Margery pero es que su hermano Rollo es el ejemplo perfecto de malo malísimo que lo es porque tiene que serlo y, para más inri, es un ser egoísta, rencoroso y vengativo hasta límites insospechados (un dechado de virtudes vaya). Por suerte tenemos a Pierre Aumande, que pese a lo desagradable que resulta, me ha gustado mucho más como “villano”. Al menos él tiene un objetivo claro y todo lo que hace es en vistas a alcanzarlo y las pullas y desplantes que tiene que soportar por parte de la familia De Guisa compensan lo mal que cae el personaje.
Por último, el libro se lee bien, ha conseguido mantener mi interés y realmente no me ha parecido que tuviera partes muy densas o lentas hasta llegar casi al final, cuando me di cuenta de que en mi opinión le sobran directamente 200 páginas. Sobrepasada la página 700 termina la historia de los protagonistas pero la parte histórica sigue adelante. No deja de ser interesante pero tras leer exactamente lo mismo en otros libros que sí lo incorporan a la trama principal, a mi parecer sobra.

En fin, si queréis mi más sincera opinión, os podéis ahorrar este libro pues le falta mucho para estar a la altura de los dos anteriores... que por cierto, tenía muchas ganas de releerlos pero ahora creo que me lo pensaré un poco más antes de ponerme a ello. A veces es mejor guardar un bonito recuerdo a querer revivirlo y llevarte el chasco.