Trilogía Apocalipsis Z de Manel Loureiro

Título original: El principio del fin | Los días oscuros | La ira de los Justos
Autor: Manel Loureiro
Saga: Apocalipsis Z
Género: Literatura Z
Editorial: Booket
Traductor: -
Primera edición: Octubre de 2017 (en Booket)
Nº páginas: 1284 páginas (trilogía completa)
Mi puntuación media: ★★★★☆

En algún lugar del Cáucaso un grupo de rebeldes asalta unas instalaciones militares y de forma accidental libera una enfermedad que se propaga sin freno por todo el planeta. Los infectados por el virus mueren, pero sólo en apariencia, ya que a las pocas horas vuelven a la vida y se abalanzan contra las personas libres de contagio movidos por una agresividad desconocida y sin límites. El protagonista, un joven abogado que vive en una pequeña ciudad, observa estupefacto el goteo de noticias hasta que esa misteriosa plaga llega a su puerta. A partir de ese momento su único objetivo será tratar de sobrevivir, cruzando el territorio que antes conocía como Galicia, pero que ahora se ha transformado en el infierno en la Tierra.

Empecé hace tiempo esta trilogía y tenía muchas ganas de seguir con ella pero nunca encontraba el momento. Las nuevas ediciones de Booket (que me gustan mucho más que las anteriores Debolsillo) me dejaron sin excusa para seguir con ella.
Como ya comenté a finales del año pasado, me estaba planteando hacer reseña conjunta de esas sagas que lea muy seguidas y Apocalipsis Z será el experimento. Mi opinión de cada libro estará claramente separada por si queréis escoger leer solo el primero, todos (o ninguno, no nos engañemos que siempre hay alguien muy pillín) e intentaré que estén lo más libres de spoiler posible.

EL PRINCIPIO DEL FIN

En el primer libro presenciamos el inicio del brote en Rusia dónde, partiendo de una simple mención en las noticias, a lo largo de dos semanas iremos viendo como la situación es cada vez peor pero sin que lleguen a contarnos realmente nada. 

Nuestro protagonista nos narra estupefacto y en forma de diario las pocas noticias que dan los medios y algunos blogs rusos que poco a poco van cerrando misteriosamente y gracias a los apuntes en su diario seremos conscientes de la evolución de esa rara enfermedad que ha obligado a Rusia a declarar el estado de sitio, a cerrar barreras y a incomunicar el país por completo.

Gracias a que está narrado en forma de diario, podemos seguir claramente el avance de la pandemia el cuál es coherente: empieza en un lugar concreto, ese lugar cierra barreras para que no se expanda pero el gran error en este caso es la necesidad humana de querer ayudar. No tardan en desplazarse hasta allí varios grupos médicos de diversos países que, al verse sobrepasados por la situación volverán a casa y... ya tenemos la pandemia extendida por todo el mundo. Por eso, al tratarse de un diario, nos damos cuenta perfectamente del creciente nerviosismo, de como la vida normal empieza a dar paso al sálvese quien pueda. 

Me ha gustado especialmente que al contrario que en otros libros o películas el brote no se expande en cuestión de horas. A veces me quedo con la sensación de que en cuanto aparece el primer zombi los demás empiezan a salir de debajo las piedras. En cambio en este libro soy capaz de reconstruir paso a paso su avance y ese es un detalle que he apreciado mucho, no me he sentido como si me hubiera perdido algo.
Además, el protagonista a veces tarda días en explicarnos algo nuevo e incluso a veces tiene que cortarse a media explicación y despedirse a toda prisa. Esto ha ayudado a que todo me pareciera más real, a sentir que el personaje nunca estaba a salvo.

El protagonista es un chico normal, vive con su gato en Galicia y es abogado. Se apaña bastante bien y lo cierto es que al principio del libro me reía yo sola (llegó un momento en el que empecé a preguntarme si no sería vidente) porque hace ciertas reformas en casa que le van al pelo para la que se le viene encima. Pero es que esa sensación la mantuve durante todo el libro. No tiene ningún tipo de preparación (en este tipo de libros siempre hay algún militar por ahí desperdigado), está cagadito de miedo la mayor parte del tiempo pero a base de planes que se tuercen y golpes de suerte es capaz de seguir sobreviviendo. Cuanto más leía, más me daba cuenta de que es "un cabrón con suerte".

Lúculo es la bola de pelo pelirroja que vive con el protagonista y a la que acabé cogiendo mucho cariño. Aunque os parezca increíble, el protagonista es incapaz de dejar a su gato atrás por lo que entre sus posesiones más preciadas siempre hay una jaula para gatos. Aunque gracias a Lúculo seremos partícipes de más de una escena bastante cómica (a lo "no sin mi gato"), lo cierto es que entiendo al personaje perfectamente. 

LOS DÍAS OSCUROS

En el segundo libro tenemos un cambio de escenario importante: el protagonista consigue llegar a las Islas Canarias junto a Victor Pritchenko, Lucía y Sor Cecilia, los amigos que ha hecho en el primer libro y a los pocos días vivirán una situación poco menos que surrealista.

En mi opinión este libro es el más flojo de los tres pero cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que tiene partes muy buenas con las que me quito el sombrero. 

La primera de ellas es la situación de falsa seguridad que se vive en las islas y que lleva a los supervivientes a demostrar una vez más la estupidez del ser humano y como este tiende a priorizar cosas que no son para nada importantes. Cuando nuestros protagonistas logran pasar el período de cuarentena y acceden a la isla, poco a poco se les va explicando la situación: Tenerife y Gran Canaria están al borde de una guerra civil. Imagino que os preguntaréis el por qué... pues por la sucesión de poder, evidentemente (si es que hay que ser imbécil xD). Por un lado tenemos a los republicanos y por el otro a los "froilos" (dejo totalmente a vuestra imaginación de quién son seguidores estos últimos y el cómo la línea de sucesión llega hasta ahí, pero de verdad que es de lo mejorcito del libro) y como no podría ser de otra manera, en ambas islas hay espías de la otra y todo el mundo está constantemente pendiente de descubrir a un traidor por lo que el nivel de paranoia en la Isla es exagerado. ¿Zombis? ¿Qué es eso?

Los militares de Canarias consideran que Victor Pritchenko (el piloto que se hace inseparable de nuestro protagonista desde el primer libro) es un valioso activo, al igual que nuestro protagonista pues los dos han conseguido cruzar toda España y llegar a las Islas por lo que no tardarán en mandarlos a una expedición, lo que deja a Lucía y Sor Cecilia solas en la Isla. El caso es que por diversas circunstancias que se dan desde el inicio de este segundo tomo, Lucía será atacada por dos locos y deberá huir de ellos, lo que nos lleva al segundo momentazo del libro: la persecución de Lucía, la cual está descrita magistralmente pues se entrecruzan otros elementos de por medio de los cuáles unos y otros saben sacar partido y, por supuesto, está todo tan bien explicado que no te pierdes en ningún momento.

Y por supuesto Lúculo, porque sí, el gato también llega a la Isla y sigue siendo de lo mejor de esta historia. Quizá desde este segundo libro aparece algo menos pero merece la pena solo por el vínculo entre el animal y su amo, quien llega a lanzarse sobre varios médicos para evitar que sacrifiquen a su gato.

LA IRA DE LOS JUSTOS

Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte;

los valientes prueban la muerte una sola vez.

Al terminar el segundo libro me quedé un poco traspuesta porque, como os he dicho, en mi opinión este dio un bajón así que no las tenía todas conmigo con el cierre de la historia pero menos mal que no lo dejé para más adelante porque aquí está EL LIBRO. No tengo palabras para describiros todo lo que me ha hecho sentir Manel Loureiro en esta última etapa de la historia, como mezcla elementos conocidos por todos hoy en día y los hace evolucionar de manera coherente para que encajen perfectamente en esta última etapa.

Tras escapar de las Islas, nuestros protagonistas se encuentran en un barco pesquero cuando los sorprende una tormenta épica en la que nuestro abogado cree que tras enfrentarse a zombis y a froilos finalmente serán los elementos quien acaben con él. Pero el destino querrá que un barco los rescate y los lleve hasta Gulport, una pequeña ciudad de Mississipi que ha sobrevivido al Apocalipsis gracias en parte al reverendo Greene.

Ya en el barco nuestros protagonistas se dan cuenta de que hay algo muy raro en estos supervivientes cuando un batallón vestido como el ejército americano desciende en una misión para conseguir petróleo y es que Prit enseguida se da cuenta de que no hay ni un solo blanco entre los hombres que van a enfrentarse a los zombis. Pero la estupefacción es aún mayor cuando ven como muerden a uno de los hombres y, lejos de abandonarlo en medio de los zombis, sus compañeros lo devuelven a la zona de los ilotas (una zona del barco rodeada por alambradas) y al llegar a Gulfport este mismo hombre desciende del barco como si nada.

Si en el segundo libro se ponía de manifiesto la estupidez humana con la necesidad del gobierno y el enfrentamiento entre froilos y republicanos, en este último tomo lo consigue con el fanatismo religioso, el racismo y el machismo, siendo el centro de todo ello el reverendo Greene. Lucía pronto se verá ninguneada por el sólo hecho de ser mujer, cuando le suelten perlas del estilo: "El propio Señor nos indica cuál es el sitio de las mujeres. Son madres y esposas, pero no tienen capacidad para opinar, ni para tomar decisiones. Su cerebro no está hecho para pensar, como es evidente." Esto por poner un ejemplo entre todas las perlas machistas que la muchacha tiene que escuchar y que, junto al trato que la población le da a los ilotas, terminan por crear un abismo entre la chica y el abogado, que no es que esté de acuerdo con este pensamiento pero es plenamente consciente de que fugarse de la ciudad y encontrarse sin armas en pleno continente americano es una muerte asegurada por lo que le pide paciencia.

Uno de los puntos fuertes en este último libro es como el autor toma hechos del presente y los desarrolla de manera lógica hasta encajar en su historia: Greene es el típico predicador americano charlatán que va de pueblo en pueblo anunciando el Apocalipsis y que por un golpe de suerte termina en Gulfport rodeado de integrantes de la Nación Aria que le servirán perfectamente para su propósito. 

En este libro también aparece Corea del Norte, el único país que gracias a su política restrictiva, sus muros y su emperador paranoico ha conseguido sobrevivir al Apocalipsis sin una sola baja dentro de sus fronteras. Y los norcoreanos se enteran de la existencia de Gulfport y de que estos disponen de acceso a petróleo por lo que el drama está servido.

Por si esto no fuera poco, también veremos como Greene utiliza con los ilotas algunos de los métodos usados anteriormente por los nazis. Hay un viaje en tren en el que la palabra angustioso se me queda muy corta. 

Este último libro tiene de todo, momentos angustiantes, desesperantes pero, sobretodo, inteligentes por parte del autor, que logra tejer varias tramas que convergen en unos capítulos finales en los que es imposible soltar el libro pues la acción es constante y necesitas saber qué más va a ocurrir, cómo va a terminar la historia de este personaje sin nombre que hace tres libros que te acompaña.

Finalmente entiendo el renombre de esta trilogía y me arrepiento de no haberla leído antes pues es de lo mejorcito que me he encontrado en este género. A todos esos que sois reacios al género zombi, de verdad que os insisto a que os animéis a leer alguna de las joyas del género, que no os echen para atrás los muertos vivientes porque muy a menudo son lo menos importante del libro. 

En respecto al autor, Veinte ya está en mi estantería y os aseguro que caerá muy pronto.

Contadme en comentarios, ¿os ha gustado el estilo de la reseña? ¿O preferís cada libro por separado?