El chico que dibujaba constelaciones de Alice Kellen

Título original: El chico que dibujaba constelaciones
Autora: Alice Kellen
Saga: -
Género: Romántica
Editorial: Autopublicado
Traductor: -
Primera edición: Enero de 2018
Nº páginas: 245 páginas
Mi puntuación: ★★★★★

Esta es una historia de amor, de sueños y de vida. La de Valentina. La chica que no sabía que tenía el mundo a sus pies, la que creció y empezó a pensar en imposibles. La que cazaba estrellas, la que anhelaba más, la que tropezó con él. Con Gabriel. El chico que dibujaba constelaciones, el valiente e idealista, el que confió en las palabras «para siempre», y creó los pilares que terminaron sosteniendo el pasado, el ahora, lo que fueron y los recuerdos que se convertirán en polvo.

Mientras tanto, en unas calles que les son ajenas y no tienen nombre, acecha un ladrón de niños, y no hay tiempo que perder si quieren rescatar vivos a los gemelos…

He repetido hasta la saciedad que últimamente estoy algo tiquis miquis con el género romántico y todos los géneros que puedan relacionarse con el de alguna manera. Siento que siempre es más de lo mismo, que parece que ninguna autora es capaz de sorprenderme realmente en este tipo de historia o quizá es solo que ahora me molestan muchas cosas que antes pasaba por alto (no es broma, podéis preguntar a mis compañeras de club, últimamente le saco pegas a todo... incluso al New Adult) pero creo que si os digo que no he podido dejar pasar la oportunidad de hablaros de esta historia en mi cumpleaños, os hacéis una idea de cuánto me ha gustado.
A Alice Kellen la descubrí el año pasado con la trilogía Volver a ti y rápidamente se posicionó entre mis favoritas, algo que espero que las lectoras habituales de romántica me pasen por alto pues soy consciente de que realmente no he llegado a adentrarme en este género tal y como lo conocen ellas, pues no he leído a ninguna de esas autoras de las que todo el mundo habla (SEP, Sarah MacLean o Julia Quinn por decir algunas que están entre mis pendientes).

Así que aquí tenemos a esta autora de la que, tras tres libros leídos, decidí que quería leer todas sus publicaciones pues me encanta la manera que tiene de transmitir los sentimientos. Y aquí entra El chico que dibujaba constelaciones, su última publicación (hasta dentro de poco pues 13 locuras que regalarte se publica el 14 de mayo) una de las lecturas con más éxito de los últimos tiempos de Oasis literario y es que a la vista está que en cuanto se propone uno de sus libros no dudan en apuntarse.

El chico que dibujaba constelaciones nos cuenta la historia de Valentina y Gabriel, una pareja que inicia su andadura en los años 60 tras un encuentro casual y desde ahí seguiremos la evolución de su relación a través de las décadas. Si algo tiene de especial este libro es que está narrado en pasado por Valentina por lo que desde el principio me acompañó una sensación funesta, sabía que algo malo iba a ocurrir y fui avanzando en la lectura con el corazón en un puño esperando el desastre.
La historia funciona precisamente por su sencillez, es tan bonita porque podría perfectamente ser una historia real, la de mis abuelos o la de los tuyos pequeño pajarillo y por eso no voy a contar mucho más pues es mejor ir casi a ciegas. 

Alice no se conforma con el romance si no que nos plantea a una protagonista que decide trabajar fuera de casa en una época en la que ella misma nos cuenta que todas las mujeres hacen lo que se espera de ellas: quedarse en casa a cuidar del marido y los hijos. Pero Valentina se ahoga siguiendo lo establecido y Gabriel está muy lejos de ser el hombre que le pondrá trabas... no, lo que él hace es buscarle las alas. 
La conciliación de trabajo y familia será un tema importante en esta historia pues, como todo el mundo, Valentina y Gabriel aprenderán a base de equivocaciones, a base de alejarse y acercarse otra vez. Las relaciones padres-hijos, la pérdida... son tantos los puntos que toca esta historia casi sin querer pero de manera desgarradora, sin adornos ni florituras. El significado de las constelaciones es hermoso y único, una excelente manera de reconciliar los malos tragos que da la vida con los buenos. 

Empecé este libro con algo de miedo pues con tantas buenas opiniones me hacían temer llevarme el chasco pero no, El chico que dibujaba constelaciones es una historia simple pero preciosa a la par que amarga. Teniendo en cuenta que nunca me ha gustado lo ñoño ni el brilli brilli, creo que es mucho decir.