El misterioso caso de Styles de Agatha Christie

Título original: The Mysterious Affair at Styles (1920)
Autor: Agatha Christie
Saga: -
Género: Novela negra
Editorial: Espasa
Traductor: Stella de Cal
Edición: Abril de 2018
Nº páginas: 218 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆

Essex, Inglaterra. En la mansión Styles, la millonaria Emily Inglethorp es hallada muerta en su cama, aparentemente víctima de un ataque cardíaco. Pero el médico de la familia levanta una sospecha: posible asesinato por envenenamiento. Todos los huéspedes de la vieja mansión tienen motivos para matar a la señora Inglethorp y ninguno posee una buena coartada. Cuando el detective Hércules Poirot llega para encargarse de la investigación, se encuentra frente a frente con los celos, las tensiones y la ambición de una familia que aspira heredar la fortuna de la fallecida. Todos parecen sospechosos de haber acabado con la vida de Emily, pero sólo uno de ellos puede ser el asesino.

Reconozco que este año me ha dado fuerte con esta autora jaja Después de leer Muerte en la vicaría, que es la primera aparición de Miss Marple, le ha tocado el turno al primer caso de Hércules Poirot: El misterioso caso de Styles que además es el primer libro que escribió Agatha.

El soldado Hastings está de permiso en Inglaterra cuando es invitado por su amigo John Cavendish a pasar unos días en la gran mansión Styles. Dicha mansión es propiedad de Emily Inglethorp, madrastra de John y Hastings no tardará en darse cuenta de las tensiones que hay en la familia: Emily Inglethorp se ha casado con Alfred Inglethorp, varios años más joven que ella y salta a la vista que ni sus hijastros ni su mejor amiga están de acuerdo con este matrimonio.

Hastings será quién nos introduzca a los habitantes de la casa y quien nos cuente todo lo ocurrido en la fatídica noche en que la señora Inglethorp muere y la investigación posterior. Será Bauerstein, amigo de la familia y famoso toxicólogo quien detectará los indicios de envenenamiento por estricnina, poniendo a todos los habitantes de la casa en el punto de mira. Es aquí donde entra en juego Hércules Poirot, detective belga refugiado en Inglaterra y amigo de Hastings. La investigación de Poirot pronto deja claro que todas las pruebas apuntan directamente a Alfred Inglethorp a pesar de las reticencias del detective en acusarlo.

Como ya dije en mi última reseña, Agatha Christie sigue una clara estructura en sus libros: primero nos presenta a todos los personajes y, cuando ya tenemos clara las relaciones entre ellos, ocurre el crimen y empieza la investigación. A estas alturas puedo decir también que es casi imposible descubrir el asesino en los libros de esta escritora pues NUNCA nos da toda la información. Podemos tener nuestras sospechas pero es imposible que seamos capaces de contestar a las preguntas de quién, cómo y porqué pues Agatha siempre se guarda alguna información para el desenlace del libro. Esto es algo que me frustra un poco pues me gustaría ver un poco más del proceso deductivo que sigue Poirot pero empiezo a entender porque nunca narra él directamente, así Agatha no se sentía obligada a contarnos todo lo que pasaba por la mente del investigador.

Si hay algo que quiero destacar de este libro es la relación entre Hastings y Poirot. Hastings siempre ha tenido el deseo de dedicarse a la investigación y se cree realmente bueno en ello aunque a medida que avance el libro nos daremos cuenta de que siempre se deja llevar por la suposición más obvia, llegando a acusar a alguno de los implicados sin prueba alguna. Aunque la mayor parte del tiempo acompaña a Poirot en busca de pruebas, el detective belga siempre parece ir un par de pasos por delante de él y, no contento con ello, se dedica a darle medias informaciones que Hastings no deja de malinterpretar. Es como si Poirot se burlara de él por creerse capaz de descubrir al culpable y es que Hastings realmente se cree mejor que el belga. 

Después de que Muerte en la vicaría se me hiciera un poco cuesta arriba, El misterioso caso de Styles ha vuelto a atraparme por completo con un caso que al principio parece tener un claro culpable pero en el que no tardan en complicarse las cosas.