Martina con vistas al mar de Elísabet Benavent

Título original: Martina con vistas al mar (2016)

Autora: Elísabet Benavent
Saga: Horizonte Martina #1/2
Género: Romántica
Editorial: Suma de letras
Traductora: -
Edición: Enero de 2016
Nº páginas: 569 páginas
Mi puntuación: ★★★★★

Si te llamas Martina, llevas siempre la melena recogida, eres absolutamente cerebral...

Si te has formado para ser chef y perteneces al equipo de El Mar...

Si has sentido un chispazo al conocer a tu jefe, Pablo Ruiz, excéntrico cocinero con estrella...

Si no soportas su indumentaria hipster, pero te irías a cualquier parte si él te lo pidiera...

Eres sin dudarlo la protagonista de esta historia...

Y tu vida, tan ordenada, está a punto de cambiar.

No hace falta mucho para convencernos de leer a esta autora. De hecho no hace falta nada. Desde que supimos que en enero publicaba un nuevo libro, estuvimos contando los días que quedaban con ansias. Una vez más, Elísabet nos ha atrapado con su forma de narrar y con su ingenio.

Esta es la primera vez que reseñamos a Betacoqueta en el blog y estamos un poco nerviosas porque no sabemos si seremos capaces de transmitir como nos hemos sentido con esta historia. 

En esta ocasión conocemos a Martina y al igual que todas las protagonistas de Elísabet, empieza su historia enfrentándose a un gran cambio en su vida. Poco después de terminar una relación de 12 años de manera amistosa, su ex le ofrece la oportunidad de su vida: le ha conseguido una entrevista para trabajar en el restaurante El Mar, cosa que básicamente es su sueño. Aunque Pablo Ruiz, el chef de El Mar tiene fama de excéntrico y persona difícil, Martina siempre ha deseado trabajar con él. 
Aunque Martina y Pablo son personas muy distintas (realmente distintas), la tensión entre ellos es palpable desde el primer día así que las chispas no tardarán en llegar.

- Nunca había sentido nada más para siempre que esto. No quiero cambiar nada. No quiero que crezca, ni que mengüe. No quiero hacer nada. Solo tenerte aquí para siempre.

En lo referente al tema, Elísabet vuelve a sus inicios con la novela coral. Como ya vimos en Valeria, la protagonista no solo nos va contando lo que le pasa a ella, sino que además nos adentra en las vidas de sus dos mejores amigas: Amaia y Sandra. Para nosotras, el recuperar la novela coral es un gran acierto por dos motivos:
En primer lugar, cuando la vida de la protagonista se "estabiliza" y puede empezar a hacerse monótona (en estos casos la tormenta siempre viene después de la calma) la autora aprovecha para contarnos algo sobre alguna de las amigas y así consigue mantenernos enganchadas. 
En segundo lugar consigue que este libro sea MÁS. Además de las relaciones amorosas de las tres amigas seremos testigos de una clara evolución y cambio de actitud en la protagonista, empezaremos a entrever las inseguridades de Amaia o seremos testigos del golpe de realidad que sufre Sandra.

El gran cambio respecto a Valeria, es que este libro está narrado a dos voces en lugar de una. En su mayor parte es Martina quien nos va adentrando en la historia pero también tenemos algún capítulo esporádico desde el punto de vista de Pablo y os aseguramos que es realmente interesante ver su perspectiva a medida que la relación avanza. Además, de esta manera conocemos el "lado oscuro" de Pablo cuando Martina ni siquiera sabe que este existe.

En cuanto a los personajes, tenemos a los justos y necesarios para hacer la historia interesante y mantenernos enganchada al libro. 
Martina es una chica muy cuadriculada, prácticamente un robot. Siempre sigue las reglas y es bastante cerrada. De ahí que la cocina de El Mar y su chef principal la impacten desde el principio.
Pablo es... peculiar. Y toda esa peculiaridad hace que resulte tremendamente atractivo.
Amaia ha sido un personaje que nos ha encantado. Amaia es guapa pero está un poco regordeta aunque ella no se obsesiona con su peso. Es la amiga alocada en esta ocasión y lo cierto es que te ríes muchísimo con ella, sobretodo cuando coincide con Pablo. Gracias a Javi empezamos a entrever las inseguridades que arrastra. 
Javi es el mejor amigo de Amaia y la adora ya que ella estuvo a su lado cuando su vida se complicó. Desde hace meses, ella está encabezonada con que él es gay y el no sabe como sacarla de su error. Este personaje ha sido un gran secundario, te atrapa igual o más que los principales.
Sandra es el personaje que esperamos que sufra un lavado de cerebro en el segundo libro. Es caprichosa, consentida e inmadura. Eterna opositora, con treinta años nunca ha trabajado. Además, se ha acomodado muchísimo en su relación con Íñigo. Su estilo de vida sufre un tremendo revés cuando sus padres deciden que están hartos de mantenerla.
Fernando es el ex de Martina. Parece ser que la relación ha acabado en muy buenos términos (aunque Fer le ofrezca sexo cada vez que la ve) y siguen siendo amigos. Aún y así, Hele no acaba de verlo trigo limpio. Le da la sensación de que Fer esconde algo, de que no es tan bueno como aparenta.
Mario es un médico que trabaja con Amaia y Javi. No nos cayó demasiado simpático y a medida que la historia avanzaba nuestra opinión de él empeoraba... 
La madre de Pablo es el gran extra de la historia. Ella aporta la sensatez a la vida de Pablo pero de una manera un tanto peculiar. Nos ha encantado este personaje por lo estrambótica y sensata que es. 

Y ahora el PERO del libro. Pues si, realmente no creíamos que le encontraríamos algún pero a un libro de Elísabet pero en esta ocasión es el final. Realmente no creemos que sea para tanto y Lit mantiene la esperanza de que hay algo más en el pasado de Martina que aún no conocemos y que provoca su reacción.
Además, aunque se agradece el cambio que la protagonista sufre a lo largo del libro, si comparas a la Martina del principio con la del final cuesta creer que sea la misma persona. 

Lo buenísimo del libro: la pareja secundaria. En este tipo de libros siempre llegamos al punto en el que la pareja protagonista es feliz y está súper enamorada y por un rato no pasa absolutamente nada que perturbe esa calma. Elísabet ha sabido cubrir ese hueco con una pareja que nos enamoró poco a poco y cuando quisimos darnos cuenta, estábamos engullendo las páginas ansiosas de descubrir que pasaba con ellos dos. Y es que aunque esta relación sea tópica, nos ha encantado como la ha llevado Elísabet: con calma, sin prisas. Dándonos tiempo para conocer a los implicados antes de que su historia pase a ser dsaklñfhasogndskjña. Los párrafos en los que los aludidos empiezan a darse cuenta de ciertas cosas son la mejor parte del libro.

- Con Amaia siempre pasan muchas cosas. Ella va y vuelve y tú sigues ahí, mirándola, preguntándote si siempre brilló tanto.

Además, hay otro plus: las conversaciones entre las amigas o entre ciertos personajes son tronchantes y en ciertas ocasiones bastante surrealistas. Cuesta creer que personas tan distintas puedan llevarse tan bien. Y en este libro pasa constantemente: con las tres amigas, con Martina y Pablo, con Amaia y Javi e incluso con los padres de Pablo se intuye que tiene caracteres completamente opuestos.

Y otro plus más: con Pablo te ríes en gran parte del libro aunque no quieras. Tiene unas salidas muy buenas, pero la cosa mejora muchísimo más en cuanto lo juntas con Amaia.

- No te dejes llevar por las apariencias. Aún estoy medio empalmado.
- Un guerrero de los que no se quita el cuchillo de los dientes ni cuando le sorprenden por a espalda, ¿eh? Así me gusta.
- Gracias. Supongo.
- Y muy aseadito todo. ¿Te lo recortas?

En cuanto a detalles de los que Lit se de cuenta y vuelve loca a Hele: en cada nuevo libro Elísabet rinde tributo a alguno de sus anteriores personajes y este no podía ser menos, aunque puede que en esta ocasión no quede todo en una coincidencia.

Me giré y vi imágenes de un concierto, alternadas con una entrevista a un chico moreno, muy mono, lleno de tatuajes. Algo en la cara de este me resultaba familiar.
- ¿Quién es?
- Gabriel. Antes cantaba con los Disruptive, pero se lanzó en solitario hace unos años. Está tan bueno que le hacía un traje de saliva.
Me fijé en las imágenes con los ojos entornados.
-Hostias Amaia. Pero ¡si es igual que Javi!

En definitiva, Martina con vistas al mar es un libro divertido que augura una historia profunda, con personajes con evoluciones claras y que nos ha dejado con ganas de empezar el segundo.