La novia gitana de Carmen Mola

Título original: La novia gitana (2018)
Autora: Carmen Mola
Saga: Inspectora Elena Blanco #1/3
Género: Thriller
Editorial: Alfaguara
Traductor: -
Edición: Octubre de 2018
Nº páginas: 408 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆

«En Madrid se mata poco», le decía al joven subinspector Ángel Zárate su mentor en la policía; «pero cuando se mata, no tiene nada que envidiarle a ninguna ciudad del mundo», podría añadir la inspectora Elena Blanco, jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento creado para resolver los crímenes más complicados y abyectos.

Susana Macaya, de padre gitano pero educada como paya, desaparece tras su fiesta de despedida de soltera. El cadáver es encontrado dos días después en la Quinta de Vista Alegre del madrileño barrio de Carabanchel. Podría tratarse de un asesinato más, si no fuera por el hecho de que la víctima ha sido torturada siguiendo un ritual insólito y atroz, y de que su hermana Lara sufrió idéntica suerte siete años atrás, también en vísperas de su boda. El asesino de Lara cumple condena desde entonces, por lo que solo caben dos posibilidades: o alguien ha imitado sus métodos para matar a la hermana pequeña, o hay un inocente encarcelado.

Por eso el comisario Rentero ha decidido apartar a Zárate del caso y encargárselo a la veterana Blanco, una mujer peculiar y solitaria, amante de la grappa, el karaoke, los coches de coleccionista y las relaciones sexuales en todoterrenos. Una policía vulnerable, que se mantiene en el cuerpo para no olvidar que en su vida existe un caso pendiente, que no ha podido cerrar.

Hacía mucho que iba viendo este libro por las redes con opiniones muy buenas, pero estoy segura de que si no fuera porque le han regalado un Kindle a mi jefa y ha empezado a recomendarme todo lo que lee (menos mal que la otra trilogía que me está recomendando ya la he leído) aún no me habría animado con Carmen Mola y eso que ya de entrada me crea mucha curiosidad que la autora (porque se supone que es autora) quiera mantenerse en el anonimato.

Ángel Zárate no está nada contento con que se le haya apartado del caso de Susana Macaya, quien ha sido torturada y asesinada tras su despedida de soltera. En cuanto se descubre que la hermana de la víctima murió exactamente de la misma manera, el caso pasa a manos de la inspectora Elena Blanco y la Brigada de Ánalisis de Casos, pero Ángel no dejará de inmiscuirse e investigar por su cuenta así que Elena decidirá darle una oportunidad y permitir que los ayude en este insólito caso.

Hace unas semanas leí un artículo de María Fasce, escritora y directora literaria de la editorial Alfaguara, que podéis consultar aquí en el que contaba como llegó La novia gitana a sus manos, además de añadir una pequeña entrevista a la autora en la que su respuesta a la pregunta que nos hacemos todos me llamó mucho la atención:

—¿Por qué ocultarse detrás de un seudónimo?
—En realidad, hay tantos motivos que no entiendo por qué otros autores no lo hacen. Para empezar, creo que lo importante es la novela, no quién la haya escrito. ¿Qué más da que sea una mujer guapa y alta o un señor feo y bajito? Mi interés era que la gente leyera la historia de las dos novias gitanas y la inspectora de policía aficionada a las canciones de Mina Mazzini que investigaba sus muertes. Pero he dicho que había más motivos. Es mi primera novela y eso quiere decir que me dedico profesionalmente a otra cosa. No quería que mis compañeros y compañeras de trabajo, mis amigas, mis cuñadas o mi madre supieran que se me ocurría escribir sobre alguien que mata a una joven haciéndole perforaciones en el cráneo para meter larvas de gusano y sentarse a ver cómo le van comiendo el cerebro… No lo entenderían, para todas ellas soy tan convencional… Hay más. ¿Y si la novela hubiera sido un absoluto fracaso? Tendría que dar explicaciones y pasaría mucha vergüenza. Y, por el contrario, ¿si fuera un clamoroso éxito? A lo mejor me veía obligada a cambiar de vida, que es algo que no me apetece, estoy muy satisfecha con la mía… Se me ocurrirían más razones, estoy segura.

En el mismo artículo se menciona a Elena Ferrante, a quién conozco porque Moniki de Érase una vez... está reseñando sus libros y, aunque el anonimato de ambas me causa curiosidad, esta es más acentuada en Mola tras saber que se esconde tras un pseudónimo en parte por lo cruentos que son los crímenes que describe en sus libros porque admitámoslo, no es habitual encontrar este tipo de crueldad por parte de una mujer y es que el libro empieza fuerte, con un capítulo que incluso a mí me revolvió el estómago y luego no afloja, la manera en la que ha muerto Susana es bastante horripilante.

Elena Blanco es una inspectora peculiar, amante de la grappa y la música italiana, pronto descubrimos que persigue a un fantasma de su pasado, uno con la cara picada de viruela y para eso tiene instaladas cámaras en el balcón de su piso de la plaza de Madrid. Ángel Zárate por otro lado, me ha resultado demasiado impulsivo y gruñón, no es un personaje con el que haya conectado demasiado aunque sí me ha gustado la relación con su mentor.

No es un secreto lo que me gusta de estas historias: que me mantengan en vilo, que la investigación no sea un camino llano en el que los inspectores solo hacen que encontrar las pistas correctas y perseguir al asesino correcto y, a poder ser, que la identidad del mismo pase desapercibida hasta el final. La novia gitana ha cumplido con todos los requisitos y ha sido una lectura que me ha mantenido atrapada hasta el final, pese a que mi gran pero son la cantidad de clichés que encontramos en la misma.

Un detalle que me ha gustado mucho es que se muestre a una familia gitana que quiere desmarcarse un poco de las tradiciones. Claro está que, tras la muerte de sus dos hijas, el padre empieza a cuestionarse si ha obrado bien dándoles la libertad que les ha dado, si no habría sido todo mejor de haberse impuesto a su mujer y haberla obligado a criarlas bajo las tradiciones gitanas.

La brigada en si me ha gustado mucho pues cuenta con una hacker y un forense, por lo que todo el trabajo queda "en casa", son los primeros en descubrir las pistas y en ir tras ellas y de veras que agradezco que en algún momento tomen un rumbo equivocado, de esta manera siempre siento que es todo un poco más real.

Aunque el libro es autoconclusivo pues la historia de las gitanas termina en este, hay una trama secundaria que continua en La red púrpura y os aseguro que en cuanto terminéis este querréis empezar el siguiente pues, tal y como lo ha planteado la autora, es imposible quedarse sin saber qué ocurre con Elena y su historia.

La novia gitana es un thriller que cuenta con todos los ingredientes para mantenerme atrapada, lástima que caiga en muchos tópicos y la historia no sea diferente a las demás por completo.