Hija de humo y hueso de Laini Taylor

Título original: Daughter of Smoke and Bone (2011)
Autora: Laini Taylor
Saga: Hija de Humo y Hueso #1/3
Género: Fantasía
Editorial: Alfaguara
Traductor: Montserrat Nieto Sánchez
Edición: Febrero de 2012
Nº páginas: 472 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆

Karou es una estudiante de arte de 17 años que vive en Praga. Pero ese no es su único mundo. A veces, Karou desaparece en misteriosos viajes para realizar los encargos de Brimstone, el monstruo quimera que la adoptó al nacer.

Tan misteriosa resulta Karou para sus amigos, como lo es para ella su propia vida: ¿cómo es que ha acabado formando parte de una familia de mostruos quimera? ¿Para qué necesita su padre adoptivo tantos dientes, especialmente de humanos? Y, ¿por qué tiene esa recurrente sensación de vacío, de haber olvidado algo?

De pronto empiezan a aparecer marcas de manos en las puertas, señal de que la familia de Karou corre grave peligro. Karou tratará de cruzar al mundo quimérico para ayudarles, pero es perseguida por los serafines. Entre ellos se encuentra Akiva, un ángel arrebatadoramente hermoso al que Karou está unida de forma que ni ella misma puede imaginar.

La primera vez que vi este libro me llamó la atención la portada (que raro jaja) pero pensé que era otro libro de erótica y no le hice demasiado caso. Pero al salir publicada la segunda parte empecé a ver reseñas de esta trilogía por todos sitios y todas coincidían en algo: era una historia que enganchaba y la recomendaban muchísimo. Así que finalmente leí la sinopsis y empezó a picarme la curiosidad. Así que me hice con el primero pero aún y así he tardado muchísimo en empezar a leerlo. Supongo que desde entonces tenía el palpito de que en cuanto la empezara no podría soltarla. Y de momento así es.

Poco se puede decir a parte de la sinopsis sin revelar demasiado. Karou vive entre dos mundos: el de sus estudios en Praga y el de su familia quimérica. Desde el principio Karou va dejando caer que se siente incompleta, como si ella no fuera realmente ella. Además, la inquietan los recados que hace para Brimstone, su padre adoptivo/quimera y las hamsas que ella tiene tatuadas en las manos desde siempre. De vez en cuando ella viaja a varios puntos del mundo a través de puertas mágicas en busca de dientes. Tanto de humanos como de animales. Sabe que tienen alguna relación con los deseos que Brimstone se niega a darle pero desconoce realmente para que sirven. Porque por más que le pregunta a Brimstone, este se niega a contarle nada. 

Un día empiezan a aparecer marcas de manos en las puertas mágicas de todo el mundo y poco después, Karou es atacada en Marrakesh por Akiva, un serafín que intenta matarla. Después de eso las puertas mágicas de todo el mundo son quemadas y Karou se encuentra apartada de su familia. 

Es a partir de este punto cuando la introducción acaba y empieza la verdadera historia: el intento desesperado de Karou de reencontrarse con su familia, sabiéndose perseguida por Akiva, aunque no sabe porque.

Karou se sentía acosada por la idea de estar incompleta. Desconocía el significado de aquel sentimiento, pero la acompañaba desde siempre una sensación parecida a la de haber olvidado algo.

Laini Taylor nos adentra en un mundo fantástico increíble y cuidadosamente tejido. Y original. En esta trilogía dejamos de lado a los seres fantásticos habituales y en cambio nos encontramos con quimeras. Seres muy interesantes que, en mi opinión, están muy desaprovechados en literatura. Pero además, tenemos a los serafines como sus enemigos. Ángeles, aunque quizás no tan buenos como a los que estamos acostumbrados.

La historia me ha enganchado muchísimo, estoy deseando poder saber más de la historia de Karou y Akiva. Además la guerra entre serafines y quimeras promete muchísimo. 

Érase una vez, antes de que existieran las quimeras y los serafines, el sol y las lunas. El sol estaba prometido en matrimonio con Nitid, la hermana brillante, pero era la recatada Ellai, siempre escondida tras su descarada hermana, a la que él deseaba. El sol se las ingenió para abalanzarse sobre ella mientras se bañaba en el mar, y la tomó. Ella luchó, pero él era el sol, y pensaba que tenía derecho a conseguir lo que quisiera. Ellai lo apuñaló y escapó, y la sangre del sol se derramó como chispas sobre la tierra, donde se convirtió en los serafines —hijos ilegítimos del fuego—. Y al igual que su padre, creyeron que tenían derecho a desear, tomar, y poseer.

En cuanto a Ellai, le contó a su hermana lo que había sucedido, y Nitid lloró, y sus lágrimas cayeron a la tierra y se convirtieron en las quimeras, hijos de la tristeza.

En cuanto a los personajes, estos están cuidados hasta el último detalle. Desde las quimeras hasta los serafines pasando por nuestros protagonistas.

Karou me ha gustado mucho como protagonista, es valiente y decidida, y aunque desconoce prácticamente todo del mundo de las quimeras daría la vida por las que la han criado.

Akiva me desconcertó desde el principio. Se nos presenta como un personaje malo, en un principio dispuesto a matar a Karou aunque él mismo desconoce porque dudó en el último momento. Aunque a medida que avanza la historia podemos ir entendiendo más a este personaje y la enorme carga que acarrea.

La historia de Madrigal llega en el momento justo. Justo para los personajes y justo para que nosotros podamos entender muchas cosas de una buena vez. Y nos podamos cabrear y odiar a ciertas quimeras que solo se nombran. Aunque gracias a este personaje entendemos un poco más a Brimstone.

El final del libro me dejó con la boca abierta. No podía creer que cuando Karou finalmente descubre quién es todo se vuelva a torcer de esta manera.

Aunque el libro es bastante introductorio gracias a la pluma de Laini Taylor es difícil soltarlo. La historia es muy interesante y promete mejorar muchísimo en los siguientes. Sin duda, leeré la trilogía entera.