El Cuarto Mono de J.D. Barker

Título original: The Fourth Monkey (2017)
Autor: J.D. Barker 
Saga: 4MK #1/3
Género: Thriller
Editorial: Destino
Traductor: Julio Hermoso Oliveras
Edición: Junio de 2018
Nº páginas: 560 páginas
Mi puntuación: ★★★★☆

El detective de la policía de Chicago Sam Porter investiga el caso de un hombre atropellado, pues los indicios en la escena del crimen apuntan a que se trata de El Cuarto Mono, un asesino en serie que ha estado aterrorizando la ciudad. Su modus operandi consistía en enviar tres cajas blancas a los padres de las víctimas que secuestra y mata: una primera con una oreja, una segunda con los dos ojos, y otra con la lengua; y finalmente dejar abandonado el cuerpo sin vida en algún lugar.
El hombre atropellado llevaba una de esas cajas blancas. Se inicia así una frenética carrera contrarreloj para averiguar dónde se encuentra encerrada la próxima víctima.

Desde que se publicó este libro no hacía más que ver reseñas buenísimas así que, ansiosa de un thriller que me enganchara, estaba claro que tenía que caer, sobre todo tratándose de un asesino en serie. Por algún motivo siempre me han parecido interesantes y Mentes Criminales viene siendo una de mis series de cabecera. Siempre he tenido esa curiosidad enfermiza por alguien que encuentra placer matando a una persona tras otra y toda la parte en la que se realiza el perfil del criminal, como se van recopilando datos y detalles para dibujar una imagen bastante acertada de ese asesino, es algo que me da muchísima curiosidad.

El detective Sam Porter recibe una llamada de su compañero y acude a una escena un tanto peculiar: un hombre se ha lanzado frente a un autobús y todo indica que este personaje no es otro que el Cuarto Mono, un asesino en serie que ha conseguido escabullirse de la policía de Chicago durante 5 años, dejando varias víctimas tras él. 

La firma de este asesino es un tanto peculiar pues busca a personas que hayan incumplido la ley, secuestra a una familiar suya (siempre chica) y primero le manda una oreja, así envuelta en una cajita blanca, muy mona. Después van los ojos, luego la lengua y finalmente la mata.

El libro está dividido en dos partes que se van alternando: la investigación policial entorno al sujeto para encontrar a su última víctima aún con vida y, a la vez, confirmar que efectivamente es el asesino, y también iremos leyendo el diario que encuentran entre las pertenencias del muerto, donde el Cuarto Mono nos cuenta su infancia para que entendamos de donde viene todo.  

Esto ha llegado a suponer un problema para mí en cierta parte del libro en la que me pareció que la investigación se estancaba y en cambio el diario estaba realmente interesante. Por suerte, no se alargó durante muchas páginas y no llegué a postergar el libro.

La parte del diario me ha resultado realmente interesante porque se nos da la explicación a la firma del asesino, estrechamente ligada con los monos que todos hemos visto mil veces, esos que se tapan la boca, la nariz o las orejas. No sabía que tenían un significado ni que existía un cuarto mono y me ha gustado como el autor ha creado el perfil del asesino en base a eso.

En cuanto a lo que leemos en ese diario os aseguro que es canela fina, cuanto más avanzaba, más flipada me quedaba. En serio, lo raro sería que de esa casa no hubiera salido un asesino. Y ya hablando del diario, seguramente habréis visto por ahí que este libro tiene escenas duras y escabrosas… siendo la friki de los zombis no tengo claro que mi opinión os valga de mucho, pero solo he visto una que me ha obligado a parar y respirar hondo antes de seguir (es que encima es algo que ya he visto en alguna peli y en serio, dejad de hacerlo, no mola).

Sam Porter es el personaje principal y, pese a ser el típico investigador torturado, reconozco que es uno de los que más me ha gustado ahora, por el simple hecho de que a lo largo de la investigación sabe delegar en sus compañeros, no es el típico que se obceca en hacerlo todo él solito (que hay algunos que parece que tienen miedo a delegar porque sus compañeros la cagarán). Así habrá partes de la investigación que las conoceremos a través de él y otras por sus compañeros. También quiero destacar que en cuanto se ponen en una situación peliagudo, el autor ha tenido el detalle de hacer que avisen al equipo táctico. Os prometo que la primera vez me sonó hasta raro, pero leñe, es que es lo que se hace en el mundo real xD No es el investigador el que se mete en todos los fregaos a lo Rambo. ¿Que hay bombas? Da igual, yo no exploto. ¿Que el asesino está esperándome detrás de una puerta armado? Da igual, soy antibalas.

Por eso siempre digo que las novelas de detectives me cuestan muchísimo porque, además de sonarme todos igual en cuanto a almas torturadas y su tendencia a saltarse la ley, esa faceta suya de “soy Dios y a mí no me puede pasar nada” no me parece muy realista. Si sabéis de más libros en los que esto no ocurra, por favor decídmelo. 

En cuanto al asesino, reconozco que está bien perfilado y, aunque hubo un momento que algo en mi cabeza hizo clic y tuve claro qué ocurría, me ha gustado que el autor se haya tomado todo un libro para dibujarle un pasado, un verdadero motivo y fin a sus actos, más allá de la simple ansia de matar o de una burda explicación (a lo mi padre me pegaba, que eso está muy sobado también). 

Y esto va ligado a la parte negativa de este libro, porque al entender finalmente los motivos del CM hay ciertas cosas a las que no le veo sentido, que no os puedo nombrar porque sería spoiler y a las que espero que se les de explicación en los siguientes libros.

El Cuarto Mono ha sido un buen thriller que me ha mantenido interesada prácticamente a lo largo de todo el libro. Me ha gustado que la historia se complicara a medida que avanzábamos y el detalle del diario ha sido de lo mejorcito de este libro y lo que realmente ha conseguido sorprenderme. Tengo ganas de que Planeta publique el siguiente ^^