lunes, 30 de septiembre de 2024

Una lección de amor de Suzanne Enoch

Título original: Something in the Heir (2022)
Autora: Suzanne Enoch
Saga: -
Género: Romántica histórica
Editorial: Titania
Traductor: Nieves Calvino Gutiérrez
Edición: Febrero de 2023
Nº páginas: 384 páginas
Mi puntuación: ★★★

Emmeline y William Pershing han disfrutado de un ideal matrimonio de conveniencia durante ocho años. Su relación es la perfecta combinación de sus talentos y metas. Han establecido vidas separadas y en fantástica armonía bajo el mismo techo, y están satisfechos con esa situación, o eso piensa Emmeline. Si, en secreto, William ha anhelado algo más por parte de su esposa, ha conseguido conformarse con su impresionante talento como anfitriona, que lo ha ayudado a avanzar en su carrera.

Cuando el abuelo de Emmeline, el solitario Duque de Welshire, los convoca para su fiesta de cumpleaños y pide que lleven a sus dos pequeños y angelicales hijos, William se queda estupefacto al descubrir que su muy correcta esposa se ha inventado no uno, sino dos herederos para cumplir con el acuerdo y poder vivir en Winnover. Pero ¿qué podría salir mal si Emmeline y William unen fuerzas y piden prestados a dos querubines para hacerlos pasar por suyos? Así entran en escena George, de ocho años, y Rose, de cinco; los dos huérfanos más rebeldes de Gran Bretaña.

A medida que se desata la locura, su cuidadoso y profesional acuerdo toma algunos derroteros sorprendentemente íntimos. Quizá hace falta perder un poco la cordura para crear el final feliz perfecto.


    La primera vez que me enseñaron este libro no hice demasiado caso porque este género así de primeras no suele llamarme mucho la atención, suelo fijarme en ellos después de ver alguna reseña o por recomendación directa. Pero la segunda vez que me lo mostraron, algo en la portada me hizo clic y al leer la sinopsis con la mención de los dos pequeños me dije que podía ser un libro bastante entretenido y quizás incluso divertido.


    Emmeline está enamorada de la casa en la que se ha criado, pero la sucesión de la misma está ligada a unas reglas un tanto absurdas, por eso la decisión de sus padres de mudarse la hace entrar en pánico: tiene que conseguir casarse antes que su prima para poder quedarse con Winnover Hall y esa misma noche se cruza en su camino William Pershing, su amigo de la infancia y desesperada le ofrece un matrimonio de conveniencia: ella se queda con la casa y le ayudará a él a mejorar su imagen y triunfar en la política. 

    Ocho años después Emmeline y William son un matrimonio perfectamente sincronizado en cuanto a evitarse se refiere: socialmente son perfectos, pero de puertas para adentro hacen vidas totalmente separadas. Todo cambiará el día que Emmeline le confiese a su marido que, para poder conservar Winnover Hall, ha hecho creer a todo el mundo que tienen dos hijos, tal y como estipulan las reglas de la familia para poder seguir viviendo en la casa. Los Pershing se encuentran ahora en una encrucijada: ¿confiesan la verdad y pierden la casa o intentan alguna artimaña para poder conservarla?


    A grandes rasgos puedo afirmar que no erré el tiro y, efectivamente, Una lección de amor ha sido una lectura realmente entretenida y divertida y es que los pequeños George y Rose hacen las delicias del lector ya que es imposible quedarse indiferente cuando ellos aparecen: te calientan el corazón, te lo rompen o te ríes a carcajadas. Desde su primera aparición en el orfanato salta a la vista que los dos pequeños no han tenido una vida fácil y que, pese a tener solo ocho y cinco años, saben mucho más de supervivencia que los adultos que los rodean. A pesar de eso, Rose sigue siendo muy dulce e inocente, por lo que es George quien toma todas las decisiones y lo hace intentando proteger a su hermana a toda costa.

    Aunque Rose es la pequeña, reconozco que el personaje de George me gustó mucho más. Con su hermana me reía mucho si, pero George me partía el corazón constantemente, porque él es realmente consciente de todo lo que ocurre, todo lo que se juegan y siempre va dos pasos por delante intentando asegurar un futuro para él y su hermana, aunque sea viviendo en la calle. 


    Por más encantada que haya quedado con los pequeños, no puedo decir lo mismo de los dos adultos y es que la relación entre Emmeline y William y los dos pequeños bajo mi punto de vista tiene un punto de partida horrible y es puramente culpa de los adultos. Llamadme ilusa, pero tras leer la sinopsis yo creí que ambos personajes asumirían las consecuencias de la mentira y directamente adoptarían a los pequeños, pero no... primero intentan tomar prestados los hijos de alguno de sus conocidos y, al no tener éxito, terminan dirigiéndose a un orfanato para que les dejen a dos pequeños que encajen con sus necesidades.

    Soy consciente de la época en la que se ambienta el libro y tengo claro que la mentalidad de ambos personajes va totalmente acorde con ella, pero aún y así, la idea de "cuando todo termine los devolveremos al orfanato porque al final les hemos hecho un favor enseñándoles cosas que les servirán para tener un empleo mejor" me parece horrible, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que tardan ambos personajes en plantearse la adopción. 

    Realmente, esa es mi gran pega con esta historia. Hay otros pequeños detalles que no me han convencido, pero que es posible que haya sido mi mente perversa que ha malinterpretado las palabras de la autora haciendo que me montara una película totalmente distinta. Lo que es el grueso de la historia, no tengo ninguna queja: me ha encantado ir viendo como los pequeños se adaptaban a su nuevo hogar y como negociaban para intentar sacar el máximo provecho a su estancia en cuanto a educación y diversión. También quiero destacar el vínculo que poco a poco se va creando entre los niños y los trabajadores de Winnover Hall, me ha encantado ver como todos están encantados con las risas y los gritos que de golpe hay en el hogar, pero como se resisten a acostumbrarse pues saben que es algo que tiene fecha final.


    En cuanto al final... pese a que no es ninguna sorpresa lo que acaba ocurriendo, me sorprendió lo rápido que ocurre todo y Emmeline consiguió sacarme una enorme sonrisa y que casi la aplaudiera. Hay que destacar lo poco que conocemos de la relación entre Emmeline y su madre, quien siempre le ha dejado claro a su hija que solo la tuvo para poder mantener la casa. La verdad es que las reglas que marcan la posesión de la casa son más que absurdas y creo que incluso ella misma termina dándose cuenta de que no hay necesidad de dejar de lado su felicidad solo por poder seguir viviendo allí. 

    La autora añade un epílogo para cerrar por completo la historia, no está de más, pero la verdad es que tampoco me habría molestado que no lo hubiera incluido o que finalmente todo terminara de otra forma.


En resumen, pese a que mi visión de los dos protagonistas adultos estuvo muy condicionada durante gran parte del libro por sus decisiones iniciales, he disfrutado muchísimo de los pequeños George y Rose, por lo que en definitiva Una lección de amor ha sido una lectura que he disfrutado mucho y no descarto repetir con la autora en un futuro.



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