El umbral de la noche de Stephen King

Título original: Night shift (1978)

Autor: Stephen King
Saga: -
Género: Terror
Editorial: Orbis Fabri
Traductor: Gregorio Vlastilica y Eduardo Goligorsky

Edición: Colección dorada Orbis Fabri
Nº páginas: 417 páginas
Mi puntuación: ★★★★★

El gran gusano hediondo se ha enseñoreado de la aldea abandonada y no permitirá que nadie acabe con sus misas negras. La máquina planchadora ha probado la sangre de una virgen y quiere más, mucho más, y su macabro deseo no se detendrá ante nada. Los amplios maizales imponen a los chicos sus sanguinarios ritos…

El umbral de la noche nos transporta a un mundo de terrores imposibles que no por ello dejan de estar ahí, a la vuelta de la esquina, en un maizal, en un pueblo abandonado, en una lavandería, debajo de la cama o tras la puerta de ese armario que ni siquiera rechina.

    Seguramente Stephen King es uno de los autores más recomendados en esta época, al menos yo llevo días viendo Misery y Carrie por las redes, así que me vais a permitir traeros otro libro suyo, en esta ocasión uno que se ha metido de lleno entre mis mejores lecturas del año.

    Hasta ahora no había tenido mucha suerte con los relatos de este autor. Con sus novelas los finales no suelen convencerme pero el resto de la historia si consigue atraparme, pero con la mayoría de relatos que he leído hasta ahora ni siquiera ha conseguido eso. Tanto es así que ni Todo oscuro, sin estrellas ni La sangre manda consiguieron convencerme del todo pues mi opinión sobre los relatos era muy dispar, y ahora que lo pienso, hace años empecé Las dos después de medianoche y creo que solo terminé el segundo relato. 

    Es por todo esto que Anabel Samani ha tenido que insistir mucho para que finalmente me animara a empezar este libro, así que gracias Anabel por evitar que lo siguiera postergando ^^

    El umbral de la noche fue la cuarta publicación del autor, allá por 1978 y puede que este sea un dato clave para entender por qué me ha gustado tanto, pues no es un secreto que las historias más antiguas del autor son las que más me gustan. Lo primero que me llamó la atención, comparándola con sus antologías más recientes, fue la cantidad de relatos por un lado y la extensión de los mismos por el otro. Los que había leído anteriormente constaban de 4 o 5 historias de extensión más bien larga, tanto que seguramente alguna de ellas puede considerarse novela corta en lugar de relato, pero El umbral se compone de 20 relatos con distintas extensiones, pero ninguno sobrepasa las 50 páginas.

    Llevo tres días actualizando mi intento de reading journal con mis impresiones de este libro (por supuesto tampoco lo llevo al día y si acabo de incorporar este libro significa que llevo un atraso de más de 20 libros ^^’) y eso me plantea serias dudas sobre como plantear esta entrada pues de entrada os habría hablado de los relatos uno a uno, pero eso nos dejaría con una entrada eterna y algunos son tan cortitos que prácticamente os lo destriparía entero, así que al final opto por hablaros de mis impresiones generales.

    El umbral nos muestra un poco de todo en lo que a horrores respecta, tenemos monstruos, vampiros, posesiones alienígenas, apocalipsis automobilísticos, romances enfermizos, fantasmas, métodos radicales para lograr lo que uno quiere, cuentos de los que se cuentan a los niños para no dormir e incluso mercenarios que se creen muy listos. Puede que esto sea una de las claves para que el libro me haya gustado tanto, que cada relato era totalmente distinto al anterior. 

    Pero al ver tanto relato junto y teniendo en cuenta mi experiencia en estos lares con este autor, le tenía bastante pavor a este libro, pues me temía que solo me gustaran 4-5 relatos y que el resto me fueran indiferentes. Por fortuna ha sido todo lo contrario y creo que solo ha habido dos relatos que directamente no me han gustado: Marejada nocturna y El hombre de la cortadora de césped, porque no supe entender qué pretendía contarnos el autor en uno y el otro por demasiado surrealista. Quizás también añadiría a la lista del no El último turno y Materia gris porque me dieron un poco de asquito y La primavera de fresa y El hombre que amaba las flores por predecibles. aunque no porque no me gustaran si no porque sé que con el tiempo me olvidaré de ellos.

    Me ha encantado recuperar una gran historia de King en Los misterios del gusano y Un trago de despedida y entre mis relatos favoritos se encuentran los siguientes:

    La trituradora: la policía investiga un accidente en una lavandería, donde una máquina de planchar y plegar ha triturado a una trabajadora. El problema es que por más vueltas que le dan a como se ha dado todo y teniendo en cuenta los sistemas de seguridad de la máquina, nadie se explica el accidente... a no ser que haya algo más.

    El coco: seguro que a la mayoría os amenazaron de pequeños con que llegaría el coco, ¿verdad? Pues King le da una vuelta a la historia. Un padre de familia se encuentra en el psicólogo explicando como sus tres hijos han muerto uno tras otro. El relato te mantiene con la duda de si es cierto lo que cuenta el padre o si fue él quien perdió los papeles hasta llegar a un final inesperado.

    Campo de batalla: con este ya venía avisada por Anabel y lo disfruté de cabo a rabo. Un mercenario recibe un paquete tras llevar a cabo su último trabajo. El paquete procede de la empresa de su última víctima y se trata de un juego de soldaditos... solo que estos soldados han llegado para jugar fuerte.

    La cornisa: un edificio, dos hombres hablando, enseguida descubrimos que uno se acuesta con la esposa del otro. Por supuesto, no es el que cuenta con un arma. El esposo confiesa, mientras hablaban sus hombres le han llenado el maletero de cocaína así que le propone un trato: si consigue dar la vuelta al edificio usando la cornisa, lo dejará marchar con dinero suficiente para empezar de nuevo. 

    King ha sabido transmitir muy bien la angustia del personaje mientras se aferra al edificio, temblando de frío por las rachas de viento que amenazan con hacerle caer y un puñetero palomo le hace la vida imposible. Este es uno de los pocos finales de King que me ha encantado.

    Los chicos del maíz: tenía las expectativas muy altas con este relato y, aunque no ha sido lo que yo esperaba (no sé por qué tenía en mente algún tipo de posesión alienígena y que iba a leer el pre y durante, no el post) me ha gustado mucho igualmente. Una pareja al borde del divorcio conduce a través de los maizales cuando algo se les echa encima y lo atropellan. Cuando bajan a socorrer a la víctima se dan cuenta de que este ya estaba muerto así que lo cargan en el maletero y se dirigen al pueblo más cercano a pedir ayuda, aunque el sitio al que llegan parece abandonado desde hace doce años... al menos en apariencia. 

    El último peldaño de la escalera: hay veces en las que un relato te gusta al leerlo pero no le das más vueltas, y es solo con el paso de los días que te empiezas a dar cuenta de que este se te ha quedado grabado a fuego, que es lo que me ha ocurrido a mí con este.

    En este relato veremos como a veces no se puede eludir al destino, como un acto desesperado en un momento puede traer una alegría, pero no cambiar lo que está por venir. Es un relato que me ha tenido dándole vueltas durante días y creo que solo por eso merece mucho la pena. 

    El resto de relatos que quedan (Soy la puerta; Camiones; A veces vuelven; Basta, S.A.; Sé lo que necesitas y La mujer de la habitación) también me han gustado, pero sin más. No tengo claro si son de esas historias que van a perdurar en mi mente, aunque admito que el primero me gustó bastante más de lo que habría esperado.

En definitiva, El umbral de la noche es una antología que me alegro de haber tachado finalmente de mis pendientes de este autor, porque ha conseguido que recupere la ilusión por los relatos de este autor. Me ha encantado que las historias fueran tan variadas porque así nunca sabía qué esperar y el que sean cortitas también ayuda a que no te estanques.  

 

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